La lactancia materna significa el nacimiento de un vínculo afectivo entre la mamá y el bebé. Al amamantar, la mujer fortalece esa unión, porporcionándole confianza y seguridad. Para el recién nacido es el principal alimento que le brinda proteínas y anticuerpos que lo protegen inmunológicamente contra diversas infecciones. La leche de madre es específica para su bebé, y va cambiando su composición a medida que va creciendo el lactante. Está disponible las 24 horas y no necesita preparación. Es natural, renovable, accesible y gratuita. Por el contrario, la fórmula artificial no contiene células vivas, ni anticuerpos, no tiene factores anti infecciosos y no puede proteger activamente de las infecciones. Es por ello que, la lactancia favorece el apego, otorga calor, cercanía y contacto que ayudan con el desarrollo físico y emocional del niño.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), recomienda que la lactancia materna sea exclusiva hasta los seis meses. Luego, y hasta los dos años, se la complementa con otros alimentos como la papilla.
Lo cierto es que, para que la mamá pueda sostener la lactancia materna, necesita el apoyo de su círculo cercano. Es decir, la pareja, la familia y los amigos cumplen un rol importante en su vida. Su ayuda permite que disponga del tiempo para seguir amamantando a su bebé con tranquilidad. Sin embargo, cuando la licencia por maternidad va llegando a su fin, el volver al trabajo remunerado se convierte en una preocupación para la madre. “¿Es posible continuar con la lactancia materna? ¿Cómo se hace en estos casos?”. Son algunas de las preguntas que surgen al momento de reincorporase a la actividad laboral. La buena noticia es que si se puede y que sólo se necesita de organización.
La existencia de diferentes alternativas permiten que la mamá continúe con la lactancia del bebé. La extracción manual y la mecánica son los métodos que lo hacen posible.
La primera de ellas se hace sin contar con ningún aparato más que sus propias manos. Es decir, la madre debe buscar una posición cómoda, que le permita inclinarse hacia adelante, se debe masajear suavemente el pecho, ubicar la mano formando una “C” en torno al pezón, presionando simultáneamente con el pulgar y el índice, hacia atrás. La leche se vuelca en un recipiente limpio para su conservación.
La segunda opción, la mecánica, es mediante el uso de un sacaleche que, imitando el proceso de succión del bebé estimula la mama y por ende la producción de leche, facilitando así su extracción. Es importante asegurarse que todas las partes de la bomba manual que entran en contacto con la leche materna hayan sido adecuadamente higienizadas y esterilizadas antes de su uso. ¡Recordá que los extractores son objetos de uso personal y no es recomendable compartirlos!
Es aconsejable que la extracción de leche se realice cada 3 o 4 horas, durante 5 a 10 minutos de cada mama. Esto no sólo mantiene el flujo en la producción de leche, sino que además evita futuras complicaciones que pudieran surgir por su acumulación, como por ejemplo, la mastitis.