El Cáncer de Cabeza y Cuello es una de las patologías que afecta a esa región del cuerpo humano. Realizar un control médico es fundamental para su detección temprana.

El área de la cabeza y el cuello es una región anatómica compleja del cuerpo humano, cuyas estructuras orgánicas están constituidas por tejidos que pueden ser el origen de distintas lesiones, ya sean benignas o malignas. El problema, entonces, puede surgir en las mucosas, glándulas, nervios, vasos sanguíneos, ganglios y en la piel de aquellas regiones. Se habla de cáncer cuando existe un crecimiento anormal de algún tejido (neoplasia) con características histológicas malignas.
Hacemos referencia a un cáncer de cabeza y cuello cuando una neoplasia, clínicamente evidenciada por una masa o tumor, se localiza en alguna zona de la vía aéreo-digestiva superior, las cuales comprenden la cavidad oral (los dos tercios de la lengua, el revestimiento interior de mejillas y labios, base de la boca, paladar duro), faringe (nasofaringe, orofaringe e hipofaringe), laringe (glótica, supraglótica e infraglótica), cavidad nasal y senos paranasales y las glándulas salivales.
El cáncer de cabeza y cuello se constituye no sólo como la sexta neoplasia (tumor) a nivel mundial, sino que además representa el 5% de todas las neoplasias.
En comparación con otro tipo de cáncer, en los de cabeza y cuello los riesgos de padecerlo aumentan con el consumo de determinadas sustancias como el tabaco y el alcohol. Otras de las causas de su aparición son infecciones como el virus del papiloma humano (HPV) y el virus de Epstein Barr, por la formación de tumores sobre todo en la zona orofaringe, que incluye la base de la lengua, el paladar blando, las amígdalas y las paredes laterales y posteriores de la garganta. Los factores ambientales, laborales y la exposición a la radiación también influyen. Si bien la persona puede tener una predisposición genética a su desarrollo no son necesariamente hereditarios. Sobre la base de esto, algunos estudios muestran que aquellos pacientes que tienen familiares de primer grado afectados por esta patología presentan un riesgo de 3 a 8 veces a desarrollar esta patología.
La presencia de estos tumores aumenta con la edad, sobre todo a partir de los 50 años. Sin embargo, en los últimos tiempos se ha observado un aumento de la incidencia de estos tumores en adultos jóvenes, en relación con un mayor número de casos de tumores de la cavidad oral.
Diagnóstico y tratamiento 
La manifestación de esta patología es muy variada y depende de su localización. En general, comienzan como síntomas inespecíficos, pero su duración y progresión pueden indicar una posible causa tumoral. Induraciones (endurecimiento de algún tejido), úlceras, alteraciones en la voz del tipo afonía o disfonía, obstrucción nasal unilateral, secreción nasal, dolor de oído y sangrado nasal son algunos de los signos y síntomas que anteceden a este tipo de cáncer.
En el 5% de los casos se observan ganglios cervicales palpables (bultos en el cuello) como una primera manifestación de la patología. 
La detección temprana de esta enfermedad es la clave para poder tratarla con éxito. Para su diagnóstico el profesional no sólo evalúa los antecedentes del paciente, sino que además le indica la realización de una exploración física completa. Si bien los exámenes y las pruebas varían según manifestaciones clínicas presentes, algunos de los estudios consisten en un examen de la cavidad oral y orofaringe, laringoscopia y palpación cuidadosa de todas las cadenas ganglionares. El diagnóstico definitivo viene dado por el estudio histológico del tumor primario o de los ganglios afectados si existieran. Otros métodos complementarios son: análisis sanguíneo completo, Ecografía, Tomografía Computarizada (TC) y/o Resonancia Magnética (RM) cervicofacial, y en algunos casos se necesita de Tomografía por Emisión de Positrones (PET).
A partir de su diagnóstico, algunas de las alternativas terapéuticas son la cirugía, la radioterapia y, en algunos casos, su combinación con la quimioterapia. La primera de ellas consiste en eliminar el tumor a partir de la intervención quirúrgica.
Por su parte, el tratamiento de radioterapia, al ser local, consiste en administrar altas dosis de rayos con el fin de destruir las células cancerígenas, o bien, detener su crecimiento. Y por último, la quimioterapia se trata de la administración de fármacos de acción sistémica para destruir las células tumorales.
El tipo de tratamiento más adecuado para cada paciente depende de una serie de factores entre los que se destacan la ubicación del tumor y el estadío de la enfermedad. 
Por ello, en el marco del día mundial del Cáncer de Cabeza y Cuello, en Sanatorio Allende se realizará la campaña preventiva "No te quedes sin abrir la boca", en donde los días 25 y 26 de julio se realizarán consultas gratuitas a personas entre 18 y 85 años, sin diagnóstico ni antecedentes de esta patología y que presenten algunos de los síntomas ya mencionados. ¡Realizar un control médico es fundamental para su detección temprana!.

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Cirugía de Cabeza y Cuello

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