La intolerancia a la lactosa es un síndrome clínico caracterizado por diarrea, vómitos o dolor abdominal. La lactosa se encuentra en apreciables cantidades en la leche, y por hidrólisis mediante la lactasa en las microvellosidades del enterocito, se originan los monosacáridos constituyentes: galactosa y glucosa.
El desarrollo de la actividad lactásica, ocurre más tarde que las otras disacaridasas, lo que hace que los lactantes pequeños prematuros, sean más suceptibles de presentar una incapacidad relativa de manejar una carga habitual de lactosa. La actividad lactásica normal se adquiere después del nacimiento de un niño a término. Como esta enzima se encuentra localizada en el extremo superior de las vellosidades intestinales, es más proclive a alterar su concentración normal ante las injurias intestinales.
Los trastornos en la digestión y absorción de los hidratos de carbono son un problema común e importante en lactantes y niños. Se pueden deber a un problema primario congénito o secundario a un daño en la mucosa del intestino delgado.
En algunos pacientes la alteración del tránsito intestinal se puede manifestar con constipación. El meteorismo (distención abdominal), es uno de los principales síntomas al momento del diagnóstico. En lactantes pequeños puede manifestarse con reflujo, irritabilidad, crisis de cólicos, dermatitis perianal, deposiciones blandas , explosivas y de olor agrio.
Desde lo más simple a lo más complejo:
-Presencia de cuerpos reductores en materia fecal: cuando existe un problema en la digesto absorción de los disacáridos, éstos en general aparecen en las heces como monosacáridos, ya que fueron desdoblados por acción bacteriana en el intestino grueso, lo que lleva a una disminución del pH de las mismas y a la aparición de cuerpos reductores. Indica presencia de azúcares no absorbidos.
-pH de materia fecal: es más útil en lactantes que en niños mayores ya que éstos pueden tener aumento de cuerpos reductores sin acidificación significativa del pH y heces ácidas sin presencia de sustancias reductoras. Indica existencia de ácidos orgánicos, producidos por ejemplo de carbohidratos no absorbibles.
-Test de hidrógeno en el aliento: normalmente después de comer no aparece hidrógeno en el aliento por 1-3hs hasta que el sustrato ingerido sea alcanzado por las bacterias colónicas. Para realizarlo se dá una carga de lactosa de 2g/kg, máximo 50gr, y luego se evalúa la presencia de hidrógeno en el aire espirado haciendo soplar al paciente en un recipiente cada 30 minutos.
-Actividad de disacaridasas en especímenes de biopsia de intestino delgado: es un estudio más invasivo que en este caso no tiene alta sensibilidad ya que el déficit enzimático de estos pacientes suele ser en parches de mucosa. De lo que se deduce que dependiendo de dónde se tomó la biopsia puede dar normal o alterado. Por otro lado los niveles bajos de disacaridasas no siempre se correlacionan con sintomatología sugerente de intolerancia clínica.
El tratamiento consiste en disminuir de la dieta los productos que contienen lactosa: leche, manteca, yogurt y quesos especialmente los más blandos. Los pacientes pueden tomar leche deslactosada y preparar licuados y postres con esa leche. En caso de no conseguir leche deslactosada se puede añadir la enzima lactasa a la leche para hidrolizar la lactosa.
La leche materna, también tiene lactosa, pero los niños no suelen presentar problemas con ella ya que estimula la inmunidad de mucosa y presenta enzimas digestivas, además de tener grasas más saludables y proteínas bien toleradas por el niño. Si el lactante muestra síntomas durante la lactancia materna exclusiva se debe hacer una dieta de restricción a la madre.
Algunas veces la alergia a las proteínas de la leche de vaca que no siempre puede detectarse mediante laboratorio, se superpone a la intolerancia a la lactosa.
Los procesos de elaboración de la leche deslactosada implican procesos enzimáticos y de ultrapasteurización.
Estos últimos se llevan a cabo a temperaturas más altas que los procesos de pasteurización para poder eliminar la flora láctica y esto puede modificar la capacidad antigénica de la proteína mejorando la tolerancia de las mismas en algunos pacientes.
Finalmente es importante que los pacientes sepan que estos procedimientos no alteran los valores nutricionales de la leche, teniendo muy buena biodisponibilida de proteínas y vitaminas.
Servicio de Pediatría - Sanatorio Allende
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