¿Por qué existen heridas que no cicatrizan?
El tipo de herida, la profundidad, la localización y la edad son algunos de los factores que retrasan la cicatrización de las lesiones.
Las heridas, lesiones producidas en cualquier parte del cuerpo (piel, músculo, nervio), son ocasionadas por la manipulación de elementos cortantes, caídas, golpes o accidentes. Al momento de tratar una herida es necesario identificar de qué tipo de herida se trata, ya que pueden diferenciarse entre crónicas o agudas, y superficiales o profundas.
Las heridas que no cicatrizan, o crónicas, son aquellas que tardan más tiempo en sanar y que pueden conllevar algún tipo de complicación. Por el contrario, las agudas, son las que sanan sin complicaciones y a corto plazo.
Respecto a las heridas superficiales o profundas, se entiende que las primeras de ellas se caracterizan por ser una lesión exterior dañando la piel en sus capas externas. Mientras que, la segunda hace referencia a heridas que llegan a dañar los tejidos de la piel.
Las heridas que no cicatrizan y que aparecen en sitios donde la piel recibe una presión constante y anormal se denominan úlceras de decúbito, también conocidas como úlceras por presión o escaras. Son comunes de observar en personas que han estado acostadas sobre un mismo sitio durante un período prolongado de tiempo por padecer enfermedades postrantes.
En algunos casos en los que el individuo no tiene la posibilidad de moverse por sus propios medios, pueden sufrir complicaciones de infección. En estos casos, la prevención radica en el cambio regular de posición para evitar la presión sobre una misma área del cuerpo, sumado a la higiene para evitar que se produzcan injertos en la piel.