El implante coclear es un dispositivo que reemplaza a las células ciliadas destruidas otorgando audición a pacientes que nacen con problemas auditivos o a quienes, durante su vida y por algún motivo, sufren su pérdida.

Tanto en niños como en adultos la audición resulta esencial para diversos y numerosos aspectos de la vida. En el caso de los más pequeños es fundamental para adquirir el lenguaje, el conocimiento y la socialización. En los adultos, las dificultades varían de un individuo a otro y dependerán de la etapa de la vida en la que se produzca la pérdida auditiva. Entre las manifestaciones pueden presentarse desde problemas físicos hasta inconvenientes sociales y psicológicos.

De acuerdo a lo publicado por la Organización Mundial de la Salud, un individuo sufre pérdida de audición cuando no es capaz de oír como una persona cuyo sentido del oído es normal, es decir, cuyo umbral de audición en ambos oídos es igual o superior a 25 dB. La pérdida de audición puede ser leve, moderada, grave o profunda, y afectar a uno o ambos oídos. En la mayoría de los pacientes con sorderas graves se encuentra comprometida la cóclea o caracol, ubicada en el oído interno. Dentro de ella se encuentra un órgano denominado Corti, el cual está compuesto por células ciliadas, encargadas de transformar las vibraciones del sonido en impulsos nerviosos hasta llegar al cerebro. En el caso de sorderas profundas, estas células se encuentran dañadas, impidiendo o limitando la capacidad de oír.

El implante coclear es un dispositivo que reemplaza a las células ciliadas destruidas otorgando audición a pacientes que nacen con problemas auditivos o a quienes, durante su vida y por algún motivo, sufren su pérdida.

Mediante la estimulación eléctrica de las fibras nerviosas de la cóclea estos implantes permiten percibir el sonido y transportar la información al sistema nervioso central, encargado de procesar el mensaje auditivo. El implante coclear está conformado por dos componentes: uno interno, que se coloca por debajo de la piel realizando una pequeña incisión por detrás de la oreja, y un dispositivo externo capaz de capturar el sonido del ambiente y enviarlo a los mecanismos internos para su interpretación.

El procedimiento dura aproximadamente 2 Hs., requiere anestesia general y sólo implica los riesgos propios de cualquier intervención quirúrgica.

El Servicio de Otorrinolaringología de Sanatorio Allende fue el primer centro en toda América en colocar un implante de estimulación electroacústica en el año 2006 y pionero en implantes auditivos de oído medio. Se realizan más de 30 implantes cocleares anualmente, además del dictado de Cursos de Formación para cirujanos otólogos, lo que nos convierte en referentes en Latinoamérica.

¿En quiénes es posible realizar un implante coclear?

Este implante puede ser utilizado en niños de pocos meses de vida que nacen con pérdida auditiva, habiendo detectado esta limitación antes de su primer año gracias a métodos de Pesquisa Auditiva Neonatal. Nuestro Sanatorio cuenta con un Programa de Alto Riesgo de Pérdida Auditiva, trabajando de manera conjunta entre los Servicios de Pediatría, Neonatología y Otorrinolaringología, el cual permite evaluar y controlar de forma temprana tanto a niños nacidos en nuestra institución como a los que ingresan al Servicio de Pediatría y cumplen con los criterios de inclusión a dicho Programa.

En el caso de los adultos, los implantes cocleares pueden ser utilizados en quienes fueron perdiendo su audición a causa de procesos crónicos patológicos del oído, tales como otitis crónica, trauma acústico, uso de medicamentos, entre otros.

implante coclear

Esta intervención resulta una solución efectiva y de alto rendimiento en:

  • Niños con pérdida auditiva neurosensorial de severa a profunda en ambos oídos. La edad de implantación puede ser desde tan sólo meses de vida, dependiendo de las circunstancias individuales y de las prácticas locales.
  • Adultos con pérdida auditiva neurosensorial de severa a profunda en ambos oídos.
  • Personas que obtienen un beneficio escaso o nulo con los audífonos.

Se considera que un paciente padece sordera severa cuando ha perdido entre 70 a 90 dB de audición. Si bien en estos casos existe cierta experiencia sonora, la voz se presenta alterada y sólo se pronuncian palabras sueltas. Quienes sufren de sorderas profundas, han pedido la audición en más de 90 dB, no tienen conciencia sonora ni control de la voz, y en ellos el habla no se ha desarrollado de forma espontánea.

El Medico Otorrinolaringólogo y el Audiólogo determinarán si un paciente es o no candidato para un Implante Coclear, previa realización de los estudios correspondientes para evaluar el tipo de pérdida auditiva y determinar el dispositivo más apropiado.

Para obtener el máximo beneficio de esta intervención, es importante que el paciente cuente con el apoyo de su familia y que participe en los programas de rehabilitación. Este factor es esencial para garantizar la mejor experiencia auditiva mediante el implante. La rehabilitación es de vital importancia, sobre todo en aquellos pacientes pre-locutorios, es decir, en quienes no poseen recuerdos auditivos y no adquirieron lenguaje por presentan una sordera de nacimiento o durante los primeros años de vida.

Gracias a los nuevos avances obtenidos en implantes cocleares las prótesis resultan cada vez más modernas en cuanto a tamaño, tecnología, funcionalidad y limitaciones, permitiendo otorgar audición a mayor cantidad de pacientes.

 

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