La epilepsia es un trastorno crónico provocado por un funcionamiento anormal de las neuronas que se manifiesta, entre otras cosas, por crisis de corta duración en una zona específica del cerebro. De acuerdo a datos publicados por la Organización Mundial de la Salud durante este año, su incidencia es de aproximadamente 10 casos por cada 1000 habitantes.

El 70 por ciento de las personas que padecen epilepsia responden satisfactoriamente al tratamiento con drogas antiepilépticas, mientras que el 30 por ciento restante no lo hace, ya sea por un déficit en el diagnóstico o porque su epilepsia es refractaria.

Para denominar resistente o refractaria a una epilepsia deben considerarse ciertas condiciones:

  • La existencia de un diagnóstico sindrómico correcto en cuanto al tipo de crisis convulsiva.
  • Un tratamiento medicamentoso adecuado, tanto en el tipo de fármaco como en la dosis indicada.
  • La frecuencia con la que se presentan las crisis.
  • El tiempo de duración del tratamiento médico.
  • La edad del paciente.
  • La urgencia quirúrgica.
La monoterapia, es decir el tratamiento con un único medicamento, controla las crisis epilépticas en el 70 a 80 por ciento de los casos, tiene menos efectos indeseados, evita la interacción potenciada por la combinación de drogas, es de fácil manejo y de bajo costo. La politerapia (varios fármacos) mejora el control de la crisis cuando la monoterapia fracasa, potenciando los efectos de cada una de las drogas.

En aquellos casos en los que el paciente no responde a los tratamientos basados en medicamentos, la cirugía de la epilepsia se presenta como una posibilidad para controlar las crisis con un mínimo porcentaje de lesiones graves.

tratamiento de la epilepsia

Sin embargo, cabe destacar que no todos los pacientes que presentan epilepsias resistentes son candidatos a una cirugía, razón por la cual lo primero que debe realizarse es un completo y riguroso estudio prequirúrgico.

El tipo de ataque que el paciente presente, el área del cerebro involucrada y su incidencia en el comportamiento, la localización y extensión de la lesión causal de la epilepsia son puntos importantes a considerar al momento de optar por el tipo de intervención.

Las técnicas de resección suelen ser las más utilizadas y consisten en extirpar la zona del cerebro causante de los ataques. Puede extraerse una lesión que se encuentre en el cerebro (tumores cerebrales, procesos infecciosos o secuelas de traumatismos craneoencefálicos), un área del cerebro en la que se genere la crisis (pese a no existir una lesión visible), o eliminarse la totalidad o parte del lóbulo en el que siempre se inician los ataques. Este tipo de intervenciones se realiza cuando el foco epiléptico ha sido localizado. Pero existen epilepsias generalizadas o multifocales en las cuales las técnicas de resección no resultan útiles. Para estos casos se utilizan técnicas de desconexión o paliativas ya que, si bien mejoran de forma considerable la intensidad y frecuencia de las crisis, sólo en un pequeño porcentaje logran eliminarlas. A diferencia de las técnicas de resección no se extirpa tejido, sino que se intenta aislar el foco epiléptico del resto del cerebro. Por último, las técnicas estimulativas o de neuromodulación son indicadas en pacientes con crisis epilépticas particulares complejas, con o sin generalización secundaria, y que son refractarias a los anticonvulsivantes.

En los pacientes correctamente seleccionados, la cirugía de la epilepsia no sólo contribuye a disminuir el número de crisis, sino que también colabora en el desarrollo cognitivo, en el mejoramiento de la conducta, en la escolaridad y en la inserción social de estos pacientes. 

tratamiento de la epilepsia

Los pacientes intervenidos quirúrgicamente deben continuar en seguimiento para evaluar periódicamente su estado de salud y realizar los controles de su medicación. Algunos de ellos deberán continuar con medicamentos y otros podrán abandonarlos luego de la cirugía.

El número de pacientes epilépticos tratados quirúrgicamente es bajo y llegan tardíamente a la cirugía, lo cual se debe a la falta de información y a fallas conceptuales en cuanto a lo terapéutico. Debemos saber que, diagnosticada la epilepsia refractaria, el paciente debe ingresar a un protocolo de evaluación pre quirúrgica para evitar el déficit intelectual definitivo y permitir una mejor rehabilitación psicosocial.

Desde hace más de 10 años Sanatorio Allende realiza Cirugías de Epilepsia, mayormente en niños y adolescentes, con postoperatorios de excelente evolución. Es de suma importancia la comunicación entre el médico y el paciente, lo cual debe contribuir a la generación de confianza y a una visión real y concreta de las posibilidades de obtener un control total o parcial de los episodios.

Optar por el tratamiento adecuado y oportuno para cada caso resulta fundamental para evitar consecuencias provocadas por esta alteración y mejorar la calidad de vida de los pacientes.

 

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