Siempre que un paciente pueda ser asistido rápidamente, existen oportunidades terapéuticas de avanzada que permiten intentar reestablecer la circulación de sangre. /Sanatorio Allende.

De acuerdo con datos publicados por la Organización Mundial de la Salud durante este año, los accidentes cerebrovasculares (ACV) ocupan la segunda causa de defunción en el mundo. Frente a estas cifras, adquiere prioridad conocer y recordar que el tiempo es un factor determinante ante la presencia de estos tipos de cuadros.

Reconocer, detectar y diagnosticar de forma inmediata un ACV es lo que puede generar la diferencia.

Cuando ocurre un ataque cerebrovascular, la circulación de sangre en las estructuras que constituyen el encéfalo (cerebro, cerebelo y tronco cerebral) se alteran. La sangre les proporciona oxígeno y nutrientes a nuestras células, razón por la que, cuando se produce una interrupción en el suministro de sangre, estas comienzan a verse afectadas y se produce un deterioro en las funciones del cerebro.

En el caso en que un vaso cerebral se obstruya, provocando la interrupción del flujo sanguíneo, una estrechés crítica o incluso una oclusión total, nos encontraremos frente a un ACV isquémico o infarto cerebral. Este tipo de ACV es el que se presenta con mayor frecuencia, en un 85 por ciento de los casos. En cambio, cuando los vasos que irrigan al encéfalo se rompen, lo que ocurre es un ACV hemorrágico. Siempre que un paciente pueda ser asistido rápidamente, existen oportunidades terapéuticas de avanzada que permiten intentar reestablecer la circulación de sangre cuando una arteria se ha ocluido o comprometido críticamente.

Si bien el mayor beneficio se obtiene al tratar un ACV dentro de los 90 minutos de iniciados los síntomas, en la actualidad la ventana terapéutica se está extendiendo a cuatro o cinco horas e, incluso, en algunos casos, hasta 24 horas. La atención inmediata en centros capacitados resulta fundamental para prevenir y evitar secuelas. Si el ACV logra ser diagnosticado tempranamente, las opciones que se presentan como tratamientos logran ser efectivas en un alto porcentaje de casos.

ACV tratamiento

Existe un método que permite evaluar si alguien que se encuentra con nosotros está sufriendo un ACV. Este test, denominado FAST, recibe el nombre por sus siglas en inglés de las palabras "cara", "brazos", "habla" y "tiempo", aspectos que deben ser considerados al momento de realizar la valoración.

ACV tratamiento

Cuando un paciente llega a Sanatorio Allende con un cuadro de ataque cerebrovascular es ingresado por el Servicio de Guardia, en el cual se constatan sus signos vitales y se realizan estudios clave, tales como un examen neurológico inicial aplicando la escala de NIHSS (Escala de ACV del Instituto de Salud Nacional–EEUU), análisis de sangre y electrocardiograma. Posteriormente, el paciente es trasladado a Diagnóstico por Imágenes para realizar una Resonancia Magnética con un protocolo específicamente diseñado para ACV. Este método diagnóstico es rápido y brinda información completa sobre la extensión de la lesión y el compromiso de las arterias que irrigan el cerebro. En los casos en los que no es posible la realización de una resonancia por las condiciones del paciente, se indica una Tomografía Axial Computada de cráneo. Confirmado el ACV isquémico, se analiza en el equipo médico la posibilidad de aplicar algunas de las técnicas de reperfusión, las cuales permiten reactivar la circulación de sangre en el cerebro. Entre ellas, es posible mencionar la trombolisis (destrucción o remoción de un coágulo de sangre) intraarterial, endovenosa o con aspiración. Cuando se opta por una trombolisis endovenosa, el paciente comienza el tratamiento en el mismo resonador o tomógrafo. Cuando se decide realizar una trombolisis intraarterial o trombectomía, el paciente es trasladado a la sala de hemodinamia, donde se completa el procedimiento realizando una angiografía.

La posibilidad de contar con tecnología de avanzada para la aplicación de técnicas de reperfusión en casos de ACV isquémico posibilita que, en promedio, los pacientes sean dados de alta a las 72 horas de presentado el cuadro con un mínimo o nulo déficit.

ACV tratamiento

Un paciente con ACV que no puede ser asistido en forma precoz generalmente necesita internaciones de más de dos o tres semanas y meses de rehabilitación y ausentismo laboral. El manejo a tiempo de un cuadro de ACV permite reestablecer la circulación cerebral y las funciones neurológicas en pocas horas, posibilitando no sólo que el paciente retome en menor cantidad de tiempo su vida con normalidad, sino que el período de internación y rehabilitación se minimice en forma significativa.

Desde el año 2000, Sanatorio Allende dispone de una Unidad de Ataque Cerebrovascular, constituida por más de quince profesionales que coordinan las distintas áreas involucradas, además de realizar investigación en genética para avanzar en estudios de asociación que permitan detectar factores que predisponen un ACV. Nuestra institución es uno de los pocos centros de salud en Argentina que realiza técnicas de reperfusión cerebral, logrando resultados con un alto porcentaje de éxito.

Un ataque cerebrovascular es una emergencia médica, por lo que es primordial buscar ayuda sin pérdida de tiempo. La importancia de la atención inmediata permite decidir y accionar con rapidez, mejorar el índice de sobrevida y lograr una mejor recuperación.

En el marco del Día mundial del ACV nos sumamos a las actividades con una charla informativa y gratuita para toda la comunidad. La misma se realizará el lunes 28 de octubre a las 18 hs y estará organizada por nuestro Servicio de Neurología Adultos.