Desde Sanatorio Allende te contamos de qué se trata el Déficit de Atención e Hiperactividad, cuáles son sus principales manifestaciones y qué terapias se pueden realizar para tratarlo.

déficit de atención e hiperactividad

Es común que durante la infancia, los niños tengan diferentes tipos de comportamientos como hiperactividad, impulsividad y/o falta de atención. Sin embargo, la duda recae en detectar cómo saber si el niño padece de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).

Según datos brindados por organismos mundiales, entre el 5 y el 7% de la población infantil en edad escolar (en promedio dos niños por aula) padece de este trastorno. De hecho, los varones son más hiperactivos que las mujeres.

¿Pero qué es el TDAH?. Se trata de un desorden biológico, ligado a la herencia que está originado por el disbalance en la producción de dos tipos de neurotransmisores: la dopamina y la noradrenalina. Estos compuestos son los responsables de que el niño realice diferentes acciones como prestar atención, controlar impulsos y desarrollar habilidades para la solución de problemas. Pero pese a su causa biológica, se identifican algunos factores externos que predisponen el desarrollo de este trastorno, como bajo peso al nacer, prematurez, exposición a metales pesados, tabaquismo en la mujer embarazada, etc.

 

déficit de atención e hiperactividad

Según el Manual de Diagnóstico y Trastornos Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría, existen diferentes tipos de TDAH, que a su vez se constituyen como sus principales síntomas: déficit de la atención, hiperactividad mental o conductual e impulsividad. Asimismo, cada uno se manifiesta de diversas maneras:

  • TDAH tipo distraído:

-No presta atención a los detalles y/o comete errores.

-Tiene dificultad para organizar y mantener la atención en sus tareas, actividades de juego.

-Parece no escuchar cuando se le habla.

-No sigue instrucciones.

-Se olvida de las actividades cotidianas.

  • TDAH tipo hiperactivo-impulsivo:

-Juega en exceso con las manos, pies o cuerpo, aún estando sentado.

-Se levanta en clase y deambula.

-Corre, trepa y salta fuera de lugar.

-Tiene dificultad para jugar tranquilamente.

-Charlatán.

-Impaciente (imposibilidad de esperar turnos).

déficit de atención e hiperactividad

En la mayoría de los casos, estas manifestaciones tienden a disminuir a medida que el niño crece. Sin embargo, no controlar la cantidad, intensidad de los síntomas y su persistencia en el tiempo, puede causar complicaciones en el desarrollo de los niños como fracaso escolar, baja autoestima, conductas de riesgo en la adolescencia, abuso de sustancias tóxicas, enfermedades psiquiátricas, entre otras.

Para confirmar que el niño padece de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad es necesario que se presenten una serie de indicadores. La aparición de los síntomas antes de los 6 años de edad, con duración de 6 meses o más, manifestación en más de dos ámbitos y no deberse a otras afecciones (ansiedad, depresión, toxicomanías, entre otras) son algunos de ellos. A partir de estos indicadores y con la realización de una serie de estudios es posible diagnosticar el TDAH. Entre las pruebas que se le realizan a los niños están aquellas que permiten evaluar el nivel intelectual, lenguaje, aprendizaje y la atención.

En la actualidad, otros métodos diagnósticos como el Spect de cerebro, la Resonancia Magnética Nuclear y estudios de laboratorio permiten no sólo entender la causa de su origen sino también poder realizar el tratamiento más adecuado en cada caso.

 

déficit de atención e hiperactividad

 

Es importante saber que este trastorno es tratable y que su abordaje es multidisciplinario debido a que se adapta el programa a las necesidades del niño. Por esta razón, entre las alternativas terapéuticas del abordaje multimodal se pueden mencionar una psicoeducación, entrenamiento parental en actividades específicas, orientación a docentes, farmacoterapia (en los casos necesarios) y terapias cognitivas enfocadas en la inatención y la impulsividad. La aplicación de un tratamiento u otro depende tanto de la evolución del niño, como así también de la etapa que esté atravesando. Es decir, muchos niños pueden no necesitar tratamiento farmacológico o el mismo ser transitorio. Es importante tener en cuenta que la medicación es una parte del tratamiento pero no el único.

Los niños con TDAH son especialmente creativos, enérgicos, imaginativos, entusiastas, tenaces, curiosos, extrovertidos y compasivos. Cualidades que le permiten, a través de la instrumentación de mecanismos adecuados, superar todas las dificultades. Es en este contexto donde los padres cumplen un rol importante por ser participantes activos del tratamiento de sus hijos al ayudarlos a desenvolverse tanto en el espacio escolar como social, conocer y valorar las fortalezas de su hijo, estar atento a sus intereses/habilidades y propiciar el desarrollo de las mismas.

Sanatorio Allende pone a disposición de sus pacientes un servicio de calidad integrado por un grupo de expertos, que ante las primeras señales de alerta, podrán realizar una intervención temprana y el tratamiento adecuado para que el niño supere esta alteración.


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