Recientemente se confirmó la existencia de rabia en un murciélago atrapado en un domicilio de la Ciudad de Córdoba. Si bien este virus es común en estos animales y pese a que el número de casos por esta infección ha disminuido en nuestro país (principalmente los relacionados a rabia canina) la enfermedad no se encuentra erradicada y existieron brotes años atrás.
De acuerdo a datos publicados por la Organización Mundial de la Salud, en la actualidad los murciélagos son la principal fuente de infección en América y en otras partes del mundo.
Normalmente, la rabia se propaga hacia las personas a través de mordeduras o arañazos profundos de animales cuya saliva se encuentra infectada, o por el contacto directo con mucosas o heridas cutáneas recientes con material infectado.
Esta enfermedad infecciosa viral puede afectar tanto a animales, ya sean domésticos (perros y gatos, por ejemplo) o salvajes (murciélagos, zorros o mapaches) por mordeduras de otros animales con rabia, como a los seres humanos.
Una vez presentados los síntomas representa una amenaza letal para la salud, siendo sus principales manifestaciones convulsiones, dolor muscular, hormigueo y ardor en el sitio infectado, fiebre moderada, hiperactividad, pérdida de sensibilidad, espasmos musculares y dificultad para deglutir. En etapas más avanzadas, el virus continúa propagándose por el sistema nervioso central, ocasionando una inflamación en el cerebro y en la médula espinal, llevando al paciente a la muerte, ya que no existe tratamiento para la misma.
En la actualidad, y gracias a las intensas campañas de vacunación antirrábica, la rabia se encuentra erradicada en países desarrollados. Anualmente, se administran vacunas a millones de personas en todo el mundo con la intención de prevenir y disminuir el porcentaje de incidencia de esta enfermedad.
La profilaxis post exposición se basa en el tratamiento inmediato de forma posterior a una mordedura con el objetivo de impedir que la persona mordida contraiga la enfermedad.
Es fundamental recibir rápida atención médica luego de una mordedura o en el caso de sospechar que la hubo. El tratamiento eficaz inmediatamente después de la exposición puede evitar la enfermedad.
La profilaxis post exposición es necesaria en todos los casos en los que se concluya que existe riesgo de que la persona contraiga la enfermedad, sin excepción de ancianos, niños o mujeres embarazadas. Este riesgo es mayor si la exposición tuvo lugar en una zona en la que continúa existiendo rabia, si el animal tiene mal aspecto o su conducta es anormal, si su saliva contaminó una herida o mucosa, si la mordedura no se produjo como respuesta a una provocación, o si el animal no está vacunado o no se tiene la certeza de su estado de vacunación actualizado.
Sanatorio Allende se une a la iniciativa mundial de las principales organizaciones dedicadas a la salud en contra de la rabia. Es necesario que todos colaboremos en desarrollar estrategias y acciones destinadas a controlar y prevenir esta enfermedad, facilitando información y conocimiento para asumir conductas responsables.
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