El trauma grave representa aproximadamente el 30 por ciento de las admisiones a Unidades de Cuidados Intensivos. En nuestro país y a nivel mundial, la patología traumática se constituye como uno de los principales motivos de mortalidad, siendo los incidentes de tránsito su causante primario en jóvenes de entre 15 y 29 años de acuerdo a datos publicados por la Organización Mundial de la Salud. Hablamos de incidente y no de accidente ya que se trata de hechos desafortunados originados por falta de atención, despreocupación o ignorancia y, por lo tanto, es necesario asumirlos como tal.
politraumatismos
Las lesiones traumáticas pueden abarcar desde heridas aisladas menores hasta lesiones serias y/o combinadas que comprometen múltiples órganos. Las lesiones primarias pueden acompañarse de hemorragias y de una diminución del oxígeno en sangre, lo cual complica la situación al reducir aún más la funcionalidad de ciertos órganos vitales.
Cuando hablamos de un paciente politraumatizado nos referimos a aquel que presenta varias lesiones, ya sean orgánicas o musculoesqueléticas, que ponen en riesgo su vida de forma inmediata (emergencia) o mediata (urgencia) con variación de su ventilación y/o circulación.
Pese a no ser considerado habitualmente como tal, los politraumatismos debe asumirse como una enfermedad grave y sistémica ya que, como toda enfermedad, posee su propia epidemiología (es decir, un ámbito en el que se produce), su propia etiología (mecanismo o agente de producción) y un huésped (el ser humano), pudiendo afectar a todos los órganos y sistemas de nuestro cuerpo en tiempos y formas diferentes.
Más de 45 millones de personas sufren una discapacidad de moderada a grave cada año debido a un trauma. Según la Organización Mundial de la Salud se espera que el trauma se eleve a la tercera causa de discapacidad a nivel mundial para 2030.
El tiempo: una pieza clave
Ante un paciente con politraumatismos, lo primero que debe hacerse es una evaluación rápida. Cuando existen lesiones de gravedad el requerimiento es una atención inmediata, no sólo para el control de la situación actual del paciente, sino para su recuperación posterior, para lo cual es fundamental contar con una estrategia de recepción sólida, detallada y secuencial.
La correcta valoración y el abordaje primario de estos pacientes es indispensable. Dichas prácticas giran en torno a la optimización del tiempo de asistencia, iniciando el tratamiento “in situ” y trasladando al paciente de forma urgente desde el lugar del evento hasta el centro de salud más cercano. 
Las instituciones de salud que responden al trauma se dividen en tres niveles. Las que forman parte del Nivel I ofrecen una atención especializada y definitiva, desde el abordaje inicial hasta la rehabilitación del paciente. Está comprobado que cuando las víctimas con lesiones traumáticas graves son tratadas en un centro de traumatología especializada tienen una probabilidad significativamente menor de mortalidad o morbilidad, es decir, de complicaciones (del 10.4 frente al 13.8 por ciento). Además, según estudios realizados, hasta el 39 por ciento de los pacientes con traumatismo tienen lesiones que inicialmente se omiten, y hasta el 22 por ciento de ellas son serias.
El concepto de "hora dorada" enfatiza el mayor riesgo de muerte y la necesidad de intervención rápida durante la primera hora de atención, generalmente en el ámbito prehospitalario y durante la trasferencia de la víctima. Relativamente pocos pacientes mueren luego de las primeras 24 horas de la lesión. Por el contrario, la mayoría de las muertes ocurren en la escena o dentro de las primeras cuatro horas luego de que el paciente llega a un centro de trauma.
Todos los pacientes con politraumatismos requieren un enfoque sistematizado (ordenado) de evaluación y tratamiento para maximizar los resultados y reducir el riesgo de lesiones ocultas, uno de los principales problemas del trauma grave.  
El Sanatorio Allende cuenta con su propia Unidad de Trauma, conformada por intensivistas, cirujanos de trauma, ortopedistas, neurocirujanos, vasculares, entre otros especialistas, para el tratamiento y rehabilitación integral del paciente politraumatizado. De esta manera, se abordan lesiones que parecen devastadoras obteniendo resultados satisfactorios. Entre las más frecuentes es posible mencionar importantes lesiones de piel, óseas, traumatismos craneoencefálicos, vasculares, torácicos, y órganos abdominales, ya sea solas o combinadas.
politraumatismos
En conclusión, el trauma grave es una pandemia mundial y una de las principales causas de muerte y discapacidad. Es una enfermedad heterogénea en cuanto a su causa, tipos, lesiones y gravedad. Sus factores de riesgo se encuentran relacionados con la conducta humana. A esto se suma que los sistemas de prevención y las organizaciones políticas no siempre otorgan respuestas efectivas en relación a educación, control, organización o sistematización sobre el tema.
Disminuir su incidencia y tratar sus consecuencias es una tarea compleja que precisa de un abordaje multidisciplinario y de gran perseverancia para evitar que siga considerándose “una epidemia desatendida”.

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