Las altas temperaturas pueden producir consecuencias en el rendimiento físico y la salud. Al respecto, especialistas del Servicio de Medicina Física y Rehabilitación del Sanatorio Allende explican las claves a tener en cuenta si vas a entrenar en este verano.

El verano argentino, con sus días soleados y altas temperaturas, ofrece la oportunidad perfecta para disfrutar al aire libre y mantenerse activo. Sin embargo, es esencial abordar la actividad física de manera inteligente y segura para evitar riesgos asociados con el calor extremo.

Uno de los aspectos más críticos al realizar actividad física en verano es la hidratación constante. Las altas temperaturas pueden provocar una pérdida significativa de líquidos a través del sudor, lo que hace vital reponer los mismos. En ese sentido, se recomienda beber agua antes, durante y después del ejercicio para mantenerse hidratado, así como también evitar bebidas con cafeína o alcohol es crucial, ya que pueden contribuir a la deshidratación. 

La elección adecuada de horarios es otro punto clave. Optar por realizar ejercicio temprano en la mañana o al atardecer permite aprovechar las temperaturas más frescas y evitar la exposición al calor extremo del mediodía. 

Mantener una botella de agua a mano se convierte en un hábito esencial para todos aquellos que deseen aprovechar al máximo sus actividades al aire libre.

“Este enfoque no solo garantiza una experiencia más cómoda, sino que también reduce el riesgo de agotamiento por calor” explica el Licenciado Christian Barrea, Jefe del Servicio de Medicina Física y Rehabilitación del Sanatorio Allende. Y añade: “Respetar estos horarios también contribuye a la seguridad y la efectividad del entrenamiento”. 

La indumentaria juega un papel vital en la comodidad y seguridad durante el ejercicio bajo el sol veraniego. Se recomienda utilizar ropa ligera, transpirable y de colores claros para reflejar el calor.

Opta por prendas que cubran áreas expuestas y no olvides aplicar protector solar en aquellas partes del cuerpo que queden al descubierto. De esta manera, no solo te sentirás más fresco, sino que también protegerás tu piel de posibles daños causados por la exposición al sol.

La clave principal: escucha a tu cuerpo

Con el comienzo de un nuevo año llegan nuevos objetivos y metas para cumplir. En ese sentido, el bienestar físico y los hábitos saludables siempre son protagonistas de los cambios. 

Sin embargo, es muy importante prestar atención a manifestaciones para poder aprovechar esta temporada al máximo y asegurar una experiencia de entrenamiento saludable. 

Responder de manera adecuada a las señales de fatiga y adaptar el entrenamiento según las condiciones climáticas garantiza una actividad física segura y efectiva. 

La elección de la actividad física es crucial para adaptarse al clima estival. Las actividades acuáticas, como la natación o los deportes en agua, ofrecen una excelente opción para mantenerse activo mientras te refrescas. Si prefieres actividades terrestres, considera opciones menos intensivas durante los días más calurosos.

Es fundamental escuchar a tu cuerpo durante el ejercicio en verano. Presta atención a los signos de agotamiento, como mareos, debilidad o fatiga extrema. Si sientes calor excesivo, tómate un descanso a la sombra y refréscate antes de continuar. La moderación y la sensibilidad a las señales de tu cuerpo son elementos clave para una actividad física saludable en condiciones de calor.

 La variabilidad de intensidad también es esencial; ajusta la intensidad de tu entrenamiento según las condiciones climáticas para evitar el agotamiento.

Para aquellos días en los que el calor se vuelve demasiado intenso, considera realizar ejercicio en interiores. Los gimnasios con aire acondicionado o una buena ventilación proporcionan un entorno más fresco y seguro para mantener tu rutina de actividad física.

La planificación adecuada es un componente esencial para una actividad física segura en verano. Diseña tu rutina teniendo en cuenta la temperatura y ajusta la duración e intensidad según el clima. Además, asegúrate de llevar contigo suficientes líquidos y, si es necesario, realiza pausas adicionales para descansar y rehidratarse.

La alimentación también desempeña un papel clave en tu rendimiento físico durante el verano. Opta por comidas ligeras y frescas que te proporcionen la energía necesaria sin hacer que te sientas pesado. Evita las comidas copiosas justo antes de hacer ejercicio para prevenir molestias estomacales.

Desde el Servicio de Medicina Física y Rehabilitación del Sanatorio Allende, el Licenciado Barrea destaca la importancia de la consulta médica antes de comenzar un programa de ejercicio, sobre todo si se trata de una rutina de carácter intenso. “Obtener la aprobación médica garantiza que estás tomando decisiones saludables y seguras para tu bienestar general” concluye.

Licenciado Christian Barrea - Servicio de Medicina Física y Rehabilitación - Sanatorio Allende


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