La incertidumbre que genera el aislamiento social no solo modifica la vida cotidiana sino también impacta en las emociones. No hay precisión de cuándo termina, o bien, cómo será retomar las actividades. Y en este proceso de aceptación es importante el estado anímico.
¿Cómo responde nuestro cerebro?
Nuestra salud mental evidencia cambios con respuestas adaptativas que van a ser variables según el temperamento, la vulnerabilidad y la capacidad de enfrentar situaciones complejas. Esta complejidad adquiere hoy características traumáticas, ya sea por la aparición inesperada, porque nos enfrenta ante lo que no sabemos o conocemos y porque modifica la cotidianeidad de manera obligatoria.
La angustia, la ansiedad, la irritabilidad, el insomnio, el desborde emocional y las manifestaciones somáticas son algunos de los síntomas que aparecen frente a la realidad sanitaria actual.
Durante este período es importante prestar atención a los más pequeños y a los adultos mayores, debido a que son grupos etarios que necesitan contención y acompañamiento. Respecto a los niños es necesario e indispensable supervisar el contenido de información que consumen, motivarlos y ser creativos a la hora de jugar. En cuanto a los adultos mayores, la asistencia se relaciona no sólo con cuidarlos y brindarle ayuda a sus necesidades, sino también hacerlos sentir acompañados y evitar que deban salir al exterior para realizar diferentes actividades, debido a la vulnerabilidad que representa para ellos la propagación de este virus. Es por ello que, durante este tiempo es de vital importancia comprender y hacerles entender, tanto a los niños como a los adultos mayores, que las restricciones son medidas de protección que posibilita transitar este período, y dimensionar el riesgo ante esta situación inédita, de la mejor manera posible.
De esta manera, es posible contrarrestar diferentes emociones y sentimientos que pueden llegar a aparecer por el aislamiento obligatorio, como la soledad, el aburrimiento, miedo, nostalgia, etc.
Por esta razón, el modo de acompañarse hoy, es comunicándose, hablando de lo que sucede, de lo que se siente, permitir poner en palabras al aislamiento y a las pérdidas que se objetivan y posibilitan el compartir dimensiones de las sensaciones. Es por ello que, en caso de la aparición de alguno de las emociones y síntomas descriptas en esta nota, es recomendable consultar con un profesional en salud, que pueda brindarle atención médica y realizar el tratamiento más adecuado a través del nuevo Servicio de Telemedicina. Esta consulta virtual permite que el paciente pueda recibir asistencia del equipo médico y tener su opinión respecto a cuándo recurrir o no al centro de salud.
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