La técnica del doctor Favaloro
El infarto de miocardio puede ser tratado con medicamentos, colocación de stents (angioplastia) o cirugía (by pass coronario). Elegir entre una u otra alternativa es una decisión que toma la Unidad Cardiovascular, la cual está integrada por cirujanos, cardiólogos y hemodinamistas, quienes tienen en cuenta el caso particular del paciente, el número de lesiones y la localización de las mismas. No obstante, puede suceder que la colocación del stent no sea beneficioso para el paciente, por lo que se optará por la intervención del by pass coronario.
En la mayoría de los casos esta intervención es programada, aunque también puede ser de urgencia dependiendo del estadio de la enfermedad coronaria. En otros, puede ocurrir que se deba realizar la cirugía de forma urgente, es decir, en menos de 24 horas. Sin embargo, cuando la enfermedad coronaria se manifiesta con un infarto agudo de miocardio, lo óptimo es esperar, al menos, una semana para llevar a cabo el procedimiento de la manera más segura para el paciente.
Esta operación cardíaca es la más común en el mundo y permite mejorar el flujo sanguíneo al corazón creando una nueva ruta o derivación a través de un segmento obstruido o enfermo de la arteria. En otras palabras, se desvía la circulación de la sangre para que pase por un atajo.
La cirugía consiste en obtener un segmento de vena, ya sea de la pierna (vena safena), del tórax (arteria mamaria) o del brazo (arteria radial), para injertarlo en la arteria coronaria afectada, creando así un puente, o lo que se conoce como by pass. Durante esta intervención quirúrgica se corta el esternón, deteniendo el corazón y haciendo que la sangre circule por una máquina de circulación extracorpórea. No obstante, algunas cirugías de by pass se realizan con el corazón en movimiento requiriendo no sólo una pericia del caso, sino también la preparación especial del equipo tratante.
Previo a la cirugía, el paciente recibe toda la información necesaria sobre el tipo de procedimiento que se le realizará. Además, será necesario hacer una serie de estudios prequirúrgicos que le indicará al equipo médico, y de manera exhaustiva, tanto el estado de salud como la condición de todos los órganos del paciente. Estas pruebas prequirúrgicas incluyen: electrocardiograma, radiografía de tórax, espirometría y evaluación neumonológica, análisis de sangre y orina, ecografía cardíaca y de los vasos del cuello.