En ocasiones olvidamos que en el contacto con diferentes superficies y con otras personas, las manos son el transporte de bacterias y microorganismos.  Por lo tanto, llevarlas a la boca, nariz y ojos, nos hacen más propensos a sufrir enfermedades e infecciones como el COVID-19 (Coronavirus). Frente a la situación epidemiológica actual, el lavado de manos es, sin lugar a dudas, el método de higiene personal más importante para prevenir el contagio de este virus.

El hecho de que las manos no parezcan sucias, es decir, que no presenten a “simple vista” manchas, no significa que se encuentren libres de microbios, los cuales son “invisibles” para la vista humana y responsables de infecciones que podemos prevenir, en muchos casos, con una acción tan simple.

Para un lavado de manos adecuado se debe utilizar agua y jabón, ya que es la mejor manera de reducir los microbios. Se trata de una rutina fácil y rápida, que consiste en hacer abundante espuma con el jabón y frotar ambos lados de las manos, los espacios entre los dedos, las uñas y las yemas durante 20 segundos. Una vez que la parte exterior y las palmas de las manos están totalmente cubiertas se las debe enjuagar bien debajo del agua y secarlas con toalla de papel o toalla de mano seca.