La crianza respetuosa es un enfoque en la crianza de los hijos que se basa en el respeto mutuo entre padres e hijos, fomentando una relación saludable. Este enfoque promueve un ambiente que propone el respeto, la tolerancia, la empatía y la sana convivencia.
“Desde mi experiencia personal como pediatra y madre, reconozco la importancia de establecer rutinas y límites de manera consistentes para contribuir al desarrollo emocional y ayudar a los niños a sentirse seguros y estables en su entorno” explica la Doctora Ivana Cooke, Jefa del Servicio de Pediatría del Sanatorio Allende Cerro, y añade: “ Estos límites deben ser claros para brindar seguridad y estructura y así poder distinguir lo que deben o no hacer”.
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Este enfoque destaca el respeto hacia los niños desde una edad temprana, lo que contribuye a su desarrollo emocional y social.
Un aspecto crucial de la crianza respetuosa es la comunicación efectiva. Los padres son alentados a escuchar activamente a sus hijos, validar sus sentimientos y expresar sus propias emociones de manera abierta y comprensiva.
Disciplina positiva y límites claros: claves para una crianza respetuosa
Otro principio fundamental es el uso de la disciplina positiva en lugar de castigos físicos o verbales. La pediatría respalda este enfoque al señalar que la disciplina positiva promueve un entorno seguro y estimulante para los niños, contribuyendo a un desarrollo emocional saludable.
En lugar de centrarse en castigar el comportamiento no deseado, se fomenta la resolución de problemas y el aprendizaje de lecciones valiosas a través de la comprensión y la empatía.
La crianza respetuosa también reconoce la importancia de establecer rutinas y límites claros para brindar seguridad y estructura a los niños. Al mismo tiempo, se fomenta la flexibilidad y la adaptabilidad para satisfacer las necesidades cambiantes de los niños a medida que crecen.
A continuación se especifican cinco consejos que propone la Sociedad Argentina de Pediatría de Córdoba para una disciplina saludable. Estos son:
- Presencia continua: Nuestros hijos nos demandan atención y cuidado. Controlarlos,
acompañarlos, apoyarlos, darles estímulo. Dedicarles tiempo para poder escuchar sus
inquietudes y problemas.
- Demostrar afecto: Ellos necesitan sentirse queridos, valorados, reconocidos.
- Educar con el ejemplo: Actuar de modo coherente con lo que les enseñamos o pretendemos
de ellos.
- Trato respetuoso: No victimizarse. Evitar el castigo corporal.
- Supervisar el tiempo libre: Limitar el tiempo en juegos en red, como así también el uso
excesivo e inadecuado de celulares.
En resumen, la crianza respetuosa, respaldada por la pediatría, se centra en el respeto mutuo, la comunicación efectiva, la disciplina positiva y la creación de un entorno seguro y estimulante para el desarrollo de los niños. “Desde nuestro Servicio, procuramos brindar apoyo y orientación a los padres de nuestros pacientes siempre con la finalidad de lograr el bienestar del niño y colaborar en la convivencia familiar” concluye la doctora Cooke.
Este enfoque reconoce la individualidad de cada niño y promueve una crianza que nutre el bienestar emocional y cognitivo desde una edad temprana. Adoptar la crianza respetuosa no solo beneficia a los niños, sino que también fortalece la conexión y la relación entre padres e hijos, sentando las bases para un crecimiento saludable y equilibrado.
Doctora Ivana Cooke - Servicio de Pediatría - Sanatorio Allende
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