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Desde Sanatorio Allende te contamos los peligros de las dietas milagrosas que prometen tener un cuerpo ideal y la importancia de evitarlas.

Es común que en esta época del año aumenta el interés por el cuerpo. Adelgazar y estar en forma son algunas de las motivaciones para comenzar una dieta que permita alcanzar ese peso anhelado. Es así que, entre la variedad de regimenes alimenticios que prometen perder masa corporal de forma rápida, fácil y sin esfuerzo surgen métodos extremos y no saludables que generan complicaciones para la salud, debido al desequilibrio en el aporte de nutrientes.

Lo importante es tener en cuenta que cada alimento que comemos nos brinda los nutrientes esenciales (hidratos de carbono, proteínas, grasas, vitaminas, minerales y agua) para tener energía al momento de hacer nuestras actividades y tareas diarias.

Es por ello que, frente al amplio abanico de posibles dietas que permitan alcanzar el objetivo propuesto, el problema reside en saber distinguir entre las que son recomendadas y adecuadas, y aquellas que son peligrosas.

Al momento de empezar una dieta, es fácil reconocer aquellas que son peligrosas para la salud. Los primeros indicios de estos régimenes “milagrosos” se relacionan con la promesa de perder peso de forma fácil y adelgazando varios kilos en poco tiempo. Frente a estas promesas, es importante no recaer en ellas debido a que generan severas complicaciones en el organismo.

Algunos de los riesgos que implican realizar dietas milagrosas incluyen: consumir menos alimentos y nutrientes de lo que el cuerpo necesita para realizar las actividades, desencadenar un desequilibro en el metabolismo, desarrollar trastornos alimenticios (por ejemplo, anorexia y bulimia), producir efectos psicológicos negativos (como malhumor y ansiedad) y favorecer el efecto rebote.

Este último ocurre debido a que la dieta que se siguió es baja en calorías, por lo tanto, se recupera el peso perdido con gran facilidad al finalizar o suspender la misma, perjudicando al organismo por el cambio brusco de bajar y subir de peso. Además, este tipo de dietas no generan hábitos alimentarios saludables por lo que al retomar la alimentación normal se vuelven a cometer los mismos errores nutricionales.

Entre las dietas llamadas milagrosas y que no son supervisadas por un profesional de la salud, se pueden destacar:

Dietas hipocalóricas: son dietas monótonas y deficientes en nutrientes. Con esta dieta se incorporan menos de 800 kcal.
Dietas disociativas: son dietas con la premisa de NO mezclar, en una misma comida, alimentos con determinados nutrientes (por ejemplo, proteínas e hidratos de carbonos).
Dietas excluyentes: son aquellas dietas que consisten en no ingerir algún nutriente en particular (por ejemplo, dieta sin harinas).

La alimentación saludable debe satisfacer las necesidades de cada persona, teniendo en cuenta la actividad física, además de ciertas condiciones como peso, altura y edad (También te puede interesar Método No Dieta )

Por eso, para que una dieta funcione necesita de hábitos constantes, teniendo en cuenta:

Realizar las cuatro comidas diarias.
Evitar la repetición de porciones
Equilibrar las porciones y la frecuencia en el consumo de alimentos
Planificar las compras en base al menú semanal

Por ello, es necesario saber que lo recomendable es tener una alimentación balanceada, armónica, suficiente y adecuada. Es decir, cada persona debe consumir los alimentos que le brinden un equilibrado aporte de nutrientes, siendo de gran importancia consultar con un profesional para que lo acompañe en este proceso y lo oriente hacia la selección alimentaria.

Es importante tener presente que los cambios en el cuerpo no se visualizan de un día a otro, sino que, por el contrario, se deben trabajar progresivamente y a conciencia, debido a que garantizará un buen estado de salud y educación alimentaria constante, generando cambios de hábitos en la vida que le permitan mantener de forma permanente.

En Sanatorio Allende contamos con un grupo de profesionales especialistas en Nutrición que asesoran y guían a los pacientes de manera personalizada hacia una alimentación saludable. Recordá: ante la iniciativa de comenzar una dieta, es primordial la consulta con un experto en salud para que indique el tratamiento más adecuado.

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