Luego de meses de confinamiento por el COVID-19, las autoridades han permitido a la población a salir a espacios comunes. Esto puede generar en algunas personas el “sindrome de la cabaña”.
El año 2020 estuvo marcado por un nuevo virus -SARS-CoV-2- causando la enfermedad por coronavirus o COVID-19. Su rápida propagación llevó a la OMS a declararla pandemia el 11 de marzo de este año. Los países debieron tomar medidas urgentes para frenar los contagios ocasionados a nivel mundial.
El fenómeno de “sindrome de la cabaña” comenzó a principio del siglo XX. Se lo relaciona a los cazadores cuando debían permanecer largas estancias en las cabañas aislada durante la dura temporada invernal. Los efectos observados a nivel físico, anímico y cognitivo fueron:
La paradoja del sindrome de la cabaña es que, por el confinamiento, tanto el “permanecer” como el “salir” produciría una desregulación emocional, cognitiva y física.
Según algunos estudios, la pandemia de COVID-19 puede tener resultados psicológicos adversos en las personas, como:
En pacientes con enfermedad psiquiátrica preexistente, la infección por el coronavirus (COVID 19) puede exacerbar la enfermedad preexistente.
Para sobrellevar este síndrome existen diferentes alternativas terapéuticas, como farmacoterapia y psicoterapia. Uno de los tratamientos de primera línea sugerido es con TCC (Terapia Cognitivo Conductual) para los trastornos de ansiedad, depresión, insomnio y estrés postraumático. Aquellos trastornos que están asociados con COVID-19 deben seguir las recomendaciones indicadas por el profesional médico.
Para este síndrome, la casa se transforma en un “nido protector”, en donde se observa una situación regresiva y funcional a los miedos de muchas personas. ¿Cómo se puede afrontar la vuelta a la “nueva” normalidad? Las emociones ayudan a tomar decisiones. Es importante gestionar estas emociones. Por ejemplo, el miedo le avisa a la persona sobre los peligros que puede haber alrededor, por eso se adoptan las medidas propuestas por sanidad para cuidar la salud sin dejar que esa emoción paralice o bloqueé al sujeto.
Asimismo, se debe evitar intentar controlar aquello que no depende de la persona misma, ya que generará frustración y malestar.
En los últimos días, y de manera paulatina, las autoridades han ido permitiendo a la población a salir a espacios comunes, lo que puede generar en algunas personas el mencionado “sindrome de la cabaña”. Algunas de las recomendaciones para sobrellevar este síndrome son:
El síndrome de la cabaña también puede afectar a los niños sobre todo tras un período de cuarentena o confinamiento prolongado. Se manifiesta especialmente en aquellos niños que son más miedosos, inseguros o a los que las relaciones sociales les suponen algún tipo de problema.
En el caso de los niños es importante dialogar con ellos sobre su temor y brindarles la información que necesiten. Se le debe proporcionar información necesaria, ajustada a su edad y capacidad, para poco a poco atenuar esos temores excesivos y hacerles ver que adoptando las medidas de protección el riesgo se reduce.
Si los síntomas perduren un largo periodo de tiempo y afecte al día a día es importante ponerse en contacto con un profesional de salud mental.
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