La lactancia materna durante los dos primeros años de vida es el alimento que contiene los componentes más adecuados para su desarrollo psicomotriz e intelectual. Pero además de sus aportes nutricionales, amamantar permite y estimula un vínculo entre la mamá y su bebé.

Este contacto protege al recién nacido contra infecciones, principalmente respiratorias y digestivas, previene posibles alergias alimentarias y permite crear lazos afectivos profundos.
El primer requisito para amamantar es poseer la confianza suficiente en que una misma puede hacerlo. La intranquilidad, el temor, la ansiedad, el cansancio y el dolor son factores contraproducentes al momento de establecer este acercamiento con tu bebé. Las mujeres sanas que lo deseen, pueden amamantar a sus hijos en una proporción cercana al 95%.
Se recomienda que la leche materna sea el alimento exclusivo del bebé durante los seis primeros meses de vida, y su alimento complementario desde este momento hasta los dos años, período en el cual se desarrolla su sistema inmunológico.
lactancia materna
Es frecuente oír hablar de que la mamá debe darle el pecho a su bebé a libre demanda, pero ¿qué significa esto? Fundamentalmente que la lactancia no tiene horarios. El bebé debe ser amamantado el tiempo que lo requiera, sin horarios ni límites. Cuando él se encuentre satisfecho te lo indicará chupándose el dedo, poniéndose inquieto, dando pequeños quejidos o con algún otro signo que aprenderás a reconocer. Recordá: la succión frecuente de tu bebé es la que te ayudará a producir más leche.
Desde el nacimiento, el bebé puede ser prendido al pecho durante aproximadamente 10 minutos de cada lado. Desde la Liga de la Leche explican que es importante dejar que el niño termine de amamantarse del primer lado antes de ofrecerle el otro, pese a que esto implique que rechace el segundo pecho.
Todos los recién nacidos bajan hasta un 10% de su peso de nacimiento y lo recuperan durante la segunda semana de vida.
Si el bebé se encuentra cómodo y prendido en una correcta posición, amamantar no debería provocar dolor. Si éste llegara a presentarse, revisá y corregí la forma en la que tu bebé se prende al pecho, asegurándote que abra bien la boca, cubriendo la mayor parte del pezón y de la areola con los labios hacia afuera, y que su mentón y nariz se encuentren en contacto con tu pecho.
Datos útiles para una lactancia sin preocupaciones
  • La leche “baja” durante el 2º y 5º día de producido el parto.
  • Para evitar el vacío al retirar a tu bebé del pecho, colocá un dedo limpio en su boca para que suelte suavemente el pezón.
  • La succión y el vaciamiento frecuente son los estímulos necesarios para que se mantenga la producción de leche. Cuanto más precoz es la incorporación de dichos estímulos, más rápido se establece la lactancia.
  • El calostro no debe desecharse. Contiene proteínas, vitaminas y nutrientes que fortalecerán el sistema inmunológico de tu bebé.
  • Se calcula que una mujer produce aproximadamente 750 centímetros cúbicos de leche por día. El 90% del contenido de la leche es agua, razón por la que es importante que ingieras abundante líquido. No se recomiendan bebidas alcohólicas y se sugiere restringir infusiones como café, té y mate.
  • No hay alimentos que aumenten o disminuyan la producción de leche.
  • Los chupetes y las mamaderas pueden confundir al bebé en cuanto a la forma de succionar el pecho. Se recomienda evitar su uso hasta que la lactancia esté instalada.
  • El mejor modo de prevenir la mastitis del puerperio es a través de la correcta técnica de amamantamiento, con una adecuada sujeción del bebé, con vistas a un vaciamiento eficaz de la mama y evitando las lesiones en los pezones, las cuales sirven como puerta de entrada para la invasión de bacterias.
  • Si tenés tos, resfrío o gripe podés seguir amamantando. Tené la precaución de lavarte las manos antes de tocar a tu bebé y, si resulta necesario, utilizá un barbijo para cubrir la nariz o la boca. Si se trata de una enfermedad más grave, antes de ingerir medicación consultá a tu médico.

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Desde Sanatorio Allende trabajamos el concepto de maternidad centrada en la familia, apoyando la participación de los padres en el cuidado de sus hijos y facilitando el vínculo temprano entre ellos. La internación conjunta es una experiencia gratificante que facilita su conocimiento mutuo y posibilita la iniciación, práctica y el mantenimiento de la lactancia materna.
Durante las primeras horas de vida los reflejos de búsqueda y succión del bebé son especialmente fuertes, por lo que es importante aprovecharlos e iniciar el amamantamiento. Las enfermeras y médicos de nuestra institución controlan periódicamente al bebé a través del servicio de Rooming-In, asesorando y brindando un seguimiento al binomio madre-hijo. Disfrutá el tiempo dedicado a amamantar a tu bebé.

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