La epilepsia es una enfermedad crónica producida por una una hiperexitabilidad de las células de la corteza cerebral (neuronas) y que se manifiesta, entre otras cosas, por crisis de corta duración cuyos síntomas son variables.
La segunda etapa del diagnóstico se relaciona con métodos complementarios (estudios), entre los que se incluye:
Otros estudios que se realizan en algunas ocasiones son:
Existe un significativo número de personas que son tratadas con medicación anticonvulsivante y no tienen un diagnóstico certero de epilepsia. De hecho, 1 de cada 5 personas que son “resistentes a la medicación” y son admitidos a Unidades de Monitoreo para evaluación de crisis finalmente son diagnosticados teniendo eventos NO EPILÉPTICOS.
Aproximadamente, entre el 60 y el 70% de los pacientes con epilepsia se controlan adecuadamente con medicamentos. El resto de las epilepsias se denominan Epilepsias resistentes, y resulta fundamental que sean estudiadas de forma precoz en un centro de epilepsia para evaluar la posibilidad de un tratamiento quirúrgico.
Actualmente, en todos los países se registra una demora sustancial en la derivación de pacientes a centros especializados para evaluar tratamientos diferentes a los farmacológicos. Si tenemos en cuenta que el éxito de la cirugía se relaciona, en gran medida, con la duración que presente la epilepsia, podremos comprender la importancia que adquiere la valoración precoz del paciente por personal idóneo.
Servicio de Neurología Adultos
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