Todos hemos experimentado en algún momento la sensación de tensión o estrés, tema que ha generado gran interés en diversos ámbitos. Sin embargo, este puede calificarse dependiendo la percepción que tengamos del estímulo estresor. Categorizar su “carga” en positiva o negativa generará dos tipos de estrés: estrés positivo y estrés negativo.
La Organización Mundial de la Salud define al estrés como “el conjunto de reacciones fisiológicas que prepara al organismo para la acción”. Entre ellas, se pueden reconocer dos respuestas de tipo:
En estas reacciones, originadas por nuestro instinto de supervivencia como seres humanos, intervienen órganos y funciones del cuerpo, tales como el cerebro y el corazón, los músculos, el flujo sanguíneo y la digestión.
Las causas que provocan estrés (estresores) generalmente se atribuyen a cuatro factores principales: lo desconocido, lo que no puede controlarse, lo imprevisible y lo que resulta una amenaza.
Habitualmente, cuando empleamos la frase “estoy estresado” lo hacemos bajo una connotación negativa. El distrés o “estrés malo” se origina cuando los estímulos que lo inducen son sostenidos y persistentes. Esto provoca un desgaste gradual y crónico que impide la realización de actividades. En este caso, el estrés se percibe como una carga extra que se repite una y otra vez. A su vez, como una demanda impuesta por el entorno que supera nuestras capacidades para afrontarla.
Una situación difícil, no deseada y prolongada es lo que ocasiona un estrés no saludable.
Pese a que es considerado, en la mayoría de los casos, negativo, existe un estrés que no provoca daños en nuestra salud, el cual se denomina eustrés o estrés positivo. En este caso, el individuo:
Si los cambios que se producen en la persona ante la demanda externa se originan armónicamente, es decir, con respuestas adecuadas al estímulo, se promueve el desarrollo y funcionamiento del organismo como así también su adaptación al medio.
La reacción que tiene cada persona ante los estímulos es única y depende de su personalidad y de los recursos propios para el afrontamiento de los mismos.
Los Servicios de Clínica Médica, Cardiología, Gastroenterología, Neurología y Salud Mental son las especialidades médicas que pueden detectar los índices de estrés que impactan en nuestra salud.
Por Doctora Crespin Fabiana - Servicio de Salud Mental - Sanatorio Allende
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