Durante los meses de verano los casos de Hantavirus suelen aumentar debido a la mayor circulación de personas al aire libre. Se trata de una zoonosis (grupo de enfermedades de animales que son transmitidas al hombre por contagio directo con el animal enfermo) emergente, producida por virus ARN pertenecientes a la familia Bunyaviridae.
Los virus tienen una distribución mundial y producen en los seres humanos dos formas clínicas graves:
En nuestro país circulan dos especies de virus hanta (Andes y Laguna Negra) que son transmitidos al ser humano por roedores silvestres. Estos animales presentan una infección crónica asintomática con viremia persistente y eliminan el virus a través de orina, saliva y excretas.
Generalmente, la transmisión al humano ocurre cuando entra en contacto con el hábitat de los roedores en zonas suburbanas y ambientes rurales, principalmente en los peri-domicilios. Se da durante el desarrollo de actividades laborales y recreativas, o en lugares cerrados como galpones o depósitos infestados por roedores.
La infección se produce por inhalación, al respirar en lugares en donde secreciones (orina, saliva, excremento) de roedores infectados desprendieron el virus contaminando el ambiente.
Esta enfermedad afecta a las personas en dos etapas. La primera de ellas se caracteriza por síntomas parecidos a los de un estado gripal. El paciente presenta fiebre alta (mayor a 38°), escalofríos, dolores musculares y de cabeza, vómitos y diarrea. Esto dificulta distinguirlo de otras afecciones respiratorias y virales.
Luego de varios días, y en una etapa avanzada, la tos con secreciones, la falta de aire, la presencia de líquido en los pulmones y la presión arterial baja son signos más puntuales y característicos de esta patología.
La dificultad respiratoria puede agravarse y poner en peligro la vida del paciente, aumentando la posibilidad de padecer el síndrome cardiopulmonar por Hantavirus, ya que no existe un tratamiento específico.
Si se encuentra un roedor vivo, es recomendable utilizar trampas para su captura. Fuente: Depositphotos.
La confirmación del diagnóstico se realiza a través de un estudio de sangre, que se encuentra disponible en centros de referencia nacionales. Confirmado el mismo, el tratamiento clínico se focaliza en la monitorización hemodinámica (estudio de la dinámica de la sangre), el manejo de fluidos (líquidos del cuerpo) y el soporte de ventilación del paciente. En una etapa avanzada de Hantavirus debe transferirse al paciente de inmediato a las unidades de cuidado intensivos.
Evitando la exposición a roedores infectados y tomando ciertas medidas sanitarias:
Si el roedor está vivo, se deben utilizar venenos y tramperas. En caso contrario, si el roedor está muerto, se debe rociar con lavandina y dejar actuar por 30 minutos y colocarlo en dos bolsas antes de desecharlo.
En ambos casos, es indispensable utilizar guantes y ropa de protección, además de cubrirse la boca y la nariz con un pañuelo húmedo para evitar inhalar el posible aire contaminado con el virus.
Ante los primeros síntomas recurrir de inmediato al médico para recibir un diagnóstico temprano que permita tomar las medidas preventivas necesarias a fin de evitar posibles complicaciones.
Dr. Fernando Riera - Servicio de Infectología - Sanatorio Allende
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