La hinchazón abdominal es uno de los síntomas gastrointestinales más frecuentes, su persistencia genera malestar. Desde Sanatorio Allende, te contamos de qué se trata y cuáles son los cuidados que ayudan a prevenir la hinchazón.

Ante cualquier duda o consulta te esperamos en nuestros Servicio de Gastroenterología, Hepatología y Videoendoscopía. / Sanatorio Allende

En determinadas situaciones, generalmente después de consumir ciertos alimentos, es común que las personas sientan que se le “hincha el estómago”. Cuando esto sucede recibe el nombre de distensión abdominal y se trata de una alteración gastrointestinal que se describe como una sensación de tensión o de gas atrapado, con o sin aumento del perímetro abdominal.

Los motivos son múltiples y varían según cada persona. Puede ser producto de alteraciones de la sensibilidad intestinal (síndrome de intestino irritable, pacientes con estrés, ansiedad, depresión), consumo excesivo de azúcares y de alimentos que se absorben de forma incompleta como el arroz, la papa, el jugo de frutas, las legumbres, entre otros), ingesta de aire, constipación, líquidos en el intestino delgado, sedentarismo, alteración de la flora intestinal, intolerancias alimentarias, sobrepeso y acúmulo de grasa. Se estima que entre el 15 y el 30% de la población general sufre este síntoma digestivo, siendo más habitual en mujeres de entre 25 y 60 años.

Aunque no se constituye como una enfermedad grave, la distensión abdominal genera molestias y altera la calidad de vida de quien la padece.

La intensidad con la que se presenta varía en cada caso, pese a que tiende a empeorar durante el día y mejorar al dormir. También suele agravarse con la ingesta de alimentos que contienen fibras, grasas, hidratos de carbono y productos lácteos.

 

 

No obstante, la distensión y la hinchazón pueden ser manifestaciones de diferentes enfermedades orgánicas. Por lo tanto, es importante la consulta médica donde se realizará una historia clínica detallada, examen físico y pruebas diagnósticas básicas, como análisis de sangre para descartar enfermedad celíaca, exámenes de las heces, test del aire espirado para investigar alteración de la flora intestinal o intolerancia a la lactosa y estudios de imágenes como radiografías abdominales. En caso de presentar signos de alarma como pérdida de peso, sangrado rectal o anemia, se realizarán exámenes más profundos, como endoscopías digestivas.

A partir de los resultados obtenidos, es posible realizar un tratamiento personalizado y escalonado, ya que ante síntomas leves puede suceder que la hinchazón se alivie mediante una dieta alimentaria indicada por un profesional en nutrición. De ser necesario, puede llegar a complementarse con el tratamiento farmacológico, el cual consiste en el consumo de diferentes medicamentos que van desde antibióticos para modular la flora intestinal, hasta probióticos, laxantes y antiespasmódicos.

En algunos pacientes será importante el apoyo psicológico, debido a que el aparato digestivo reacciona fácilmente a los desequilibrios emocionales.

 

 

Para prevenir la aparición de los síntomas es útil aprender a identificar cuáles son los alimentos y los estados de ánimo que lo desencadenan. Otros cuidados que ayudan a prevenir la distensión abdominal consisten en mantener hábitos de vida saludable como:

  • Limitar el consumo de ciertos alimentos (coliflor, cebolla, guisantes, legumbres, cereales integrales, café, alimentos grasos y procesados, bebidas gasificadas, etc.)
  • Fraccionar la dieta en 5/6 comidas diarias.
  • Masticar bien los alimentos.
  • Comer 1 hora antes de acostarse.
  • Beber suficiente líquido.
  • Realizar actividad física (caminar, natación, yoga, pilates).

La adopción de hábitos saludables es indispensable para reducir los riesgos de padecer distensión abdominal. Ante la presencia de este síntoma se debe recurrir a la consulta médica para realizar los estudios correspondientes.

Servicio de Gastroenterología, Hepatología y Videoendoscopía  del Sanatorio Allende.

 

 


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