Los rayos UV son uno de los factores de mayor deterioro de la piel. Incluso, aunque el bronceado pueda ir disminuyendo, las consecuencias son acumulables debido a que la piel “tiene memoria”.
Al respecto, la Fundación de Cáncer de Piel (Skin Cancer Foundation), resalta que los dispositivos usados en manicuría representan un riesgo UV moderado, mucho menor que el que presentan los dispositivos que se usan para bronceado. “Una sola sesión de cama solar antes de los 35 años incrementa el riesgo de la aparición de melanoma en un 75%” explica la misma entidad.
La frecuencia con la que los pacientes se realizan técnicas estéticas repercute en la
enorme exposición de las uñas y dedos a rayos UV
Otro de los tipos de cáncer de piel más frecuente es el Carcinoma de Células Escamosas (CCE). Muchos de estos casos son consecuencia de la exposición prolongada a rayos ultravioletas, tanto de la luz solar como de dispositivos como camas solares o lámparas de bronceado.
En Argentina, la incidencia del CCE es de aproximadamente 3200 casos al año según la Organización Mundial de la Salud. Y, si bien no presenta características de mortalidad, el carcinoma de células escamosas de la piel sin tratar puede llegar a dar metástasis y provocar la muerte de quién lo padece.
Estética y salud: ¿cuánto nos exponemos al realizar ciertos tratamientos?
Pese a que el riesgo de desarrollar cáncer en la piel que rodea a las uñas sometidas a la radiación que generan las lámparas que se utilizan en manicuría aún no está claro, pone en evidencia la falta de conciencia y precaución ante los efectos en la salud de este tipo de tratamientos.
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Todo lo que se hace vinculado a la estética conlleva un riesgo para la salud a nivel dermatológico[/caption]
Tal fue el caso de una joven en Buenos Aires quién luego de varias consultas médicas sin respuestas concretas, recibió un diagnóstico que no esperaba: Carcinoma de celulas escamosas, más conocido localizado debajo de la uña.
La problemática central se desencadenó por la frecuencia con que la joven asistía al centro de estética. Las uñas, tras el proceso de esmaltado semipermanente, quedan sensibles y la exposición a los rayos UV termina siendo exponencial.
Si bien la emisión de radiación ultravioleta es menor en el secado de uñas, una de las consecuencias de la misma es la debilitación de la piel, generando una mayor predisposición a trastornos dermatológicos. Allí, una de las principales damnificadas resulta ser la cutícula.
La cutícula es la barrera defensiva que tiene la matriz de la uña para protegerse de agentes agresores tanto físicos (luz UV) como químicos y biológicos (gérmenes, etc). De allí surge la importancia de mantenerla sana.
Éste tipo de métodos e intervenciones estéticas atentan contra la cutícula. Por consiguiente, se generan traumatismos relacionados con trastornos permanentes que desde el punto de vista dermatológico no tienen cura.
Cuidados y recomendaciones. Desde el Servicio de Dermatología del Sanatorio Allende, especialistas hacen hincapié en distintas precauciones de autocuidado que se pueden tener en cuenta a la hora de realizar éste tipo de tratamientos estéticos.
“Todo lo que se hace vinculado a la estética (incluidos los tatuajes) conllevan un riesgo para la salud. Y pese a que existan casos aislados, hay que ser prudentes en el uso de estos dispositivos” explica el Dr. José María Verduzco, especialista en dermatología del Sanatorio Allende.
Al respecto, se recomienda aplicar un protector solar de amplio espectro (factor fps 50 o más) en las manos unos 20 minutos antes de la exposición a las lámparas de UV que se usan fundamentalmente para las uñas tratadas con gel. Para las tratadas con manicuría regular se recomienda dejar secar al aire libre.
Cabe destacar también la importancia de que ante cualquier sospecha no dude en realizar la consulta médica correspondiente. Así como también controlar la piel regularmente y mantener informado a su médico de cabecera.
Doctor José María Verduzco - Servicio de Dermatología - Sanatorio Allende
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