Mientras que anosmia es la pérdida de sentido del olfato, la disgeusia altera la percepción del gusto. Estos trastornos se consideran síntomas principales en la enfermedad por COVID-19. Conozca cuáles son las terapias de rehabilitación.

El gusto se complementa en un 80% con el olfato, y junto a las sensaciones trigeminales (textura, temperatura y viscosidad) dan paso a lo que conocemos como sabor.

Esto es muy importante, ya que da cuenta de que ambos sentidos están estrechamente relacionados, por lo tanto la disminución de la función del olfato afecta la función del gusto.

La anosmia y la diseusia suponen un gran impacto en la calidad de vida de las personas y producen alteraciones en la ingesta de alimentos y bebidas.

La anosmia y disgeusia afectan hasta el 85% de las personas infectadas por COVID-19.

Es fundamental, que el tratamiento sea temprano, ya que estos trastornos aumentan el riesgo de que los pacientes consuman alimentos en mal estado y/o una sobreexposición a agentes ambientales perjudiciales para la salud. Además, puede desencadenar miedos, estrés y baja autoestima, en la persona, generando también un aislamiento social.

¿Cuáles son las rehabilitaciones para el olfato y el gusto actuales?

Se proponen diversos tratamientos farmacológicos y de rehabilitación enfocados, principalmente, en la mejora del olfato y por consiguiente del gusto.

Dentro de las opciones farmacológicas se encuentra el uso de corticoesteroides orales, tópicos o ambos, sulfato de cinc, ácido alfa lipoico, teofilina, caroverina, vitamina A y minociclina.

Sin embargo, ninguno de ellos tiene suficiente evidencia científica que respalde su prescripción. Debido a esto, se opta por intervenciones no farmacológicas, relacionadas con la rehabilitación del olfato y el gusto. Entre ellas:

  • Terapia de rehabilitación olfatoria: surge como una estrategia de tratamiento principal para la pérdida olfativa, asociada a algún virus. Esta técnica se basa en la idea de que los nervios encargados de proporcionar nuestro sentido del olfato, pueden fortalecerse a través del ejercicio, llamado entrenamiento olfativo. Es recomendable iniciar esta terapia en personas que ya se han recuperado de COVID-19 y que aún presenten alteraciones en su olfato.

 

  • Rehabilitación Funcional del Olfato y el Gusto (RFOG): el objetivo principal de esta rehabilitación es optimizar las conductas olfativas y gustativas de las personas mediante el adecuado uso de la corriente inspiratoria en conjunto con la Estimulación Integral Multisensorial. Dicha terapia consiste en la optimización del ingreso del aire a través de dos vías: vía ortonasal (olfateo) y la vía retronasal (masticación de aromas).

 

  • La Estimulación Integral Multisensorial: tiene en cuenta tanto el gusto como el olfato, la visión, la imaginación contextual, las señales auditivas, las sensaciones trigeminales, el tacto, la textura oral y la temperatura. Se busca estimular el olfato y el gusto, ayudados por el resto de los sentidos. Es así que se elabora un nuevo concepto (de olor y gusto) o bien, el paciente recupera información almacenada dentro de la memoria sensorial. Esta terapia tiene en cuenta el aspecto conductivo y el neurosensorial de los sentidos.

 

¿Cuál es la eficiencia de las terapias no farmacológicas?

Algunos estudios han demostrado la capacidad de regeneración de las neuronas olfatorias, y cómo la exposición a un olor, puede modular esta capacidad del ser humano. Algunas conclusiones determinan que:

  • Los ejercicios olfativos regulares son considerados como una manera de mejorar la función olfatoria en humanos y por lo tanto, la función gustativa.
  • La terapia tiene una duración mínima de 6 meses, dependiendo de cada paciente.
  • Los pacientes que han iniciado la terapia lo antes posible, han demostrado mejores resultados.
  • La mejora de ambos sentidos es lenta y progresiva. Puede llevar dos años aproximadamente.

 

Además, se aconseja a los pacientes que:

  • Usen cubiertos no metálicos.
  • Eviten los alimentos de sabor amargo.
  • Incrementen el consumo de proteínas.
  • Procuren condimentar los alimentos con especias.
  • Consuman alimentos fríos para reducir el sabor u olor desagradable.
  • Lleven una limpieza bucal constante y adecuada.
  • Usen enjuague bucal .
  • Consuman alimentos que aumenten la emisión de saliva y estimulen las papilas gustativas como: chicle sin azúcar o gotas de sabor agrio.

 

Servicio de Neurología Adultos - Sanatorio Allende

 


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