Cuando se produce un síncope vasovagal es importante conocer sus causas debido a que, en ocasiones, puede ser considerado como una situación de alarma.

síncope vasovagal
El cuerpo humano puede verse afectado por diversas enfermedades, que en ocasiones, resultan difícil de diagnosticar. El síncope, término médico del desmayo, es una de ellas y debido a que su recuperación es espontánea y no requiere de maniobras de reanimación se lo suele ignorar. Esta afección se caracteriza por la pérdida brusca de la conciencia y del tono muscular, debido a la detención momentánea de la actividad cardíaca y respiratoria,  provocada por la falta de irrigación sanguínea en el cerebro.
El síncope vasovagal es una de las causas frecuentes de la consulta médica y, por ello, resulta necesario diferenciar el síncope de otras afecciones que cursan con pérdida de conciencia transitoria, real o aparente, como epilepsia, caídas accidentales o el seudosíncope psiquiátrico. 
Siendo una afección que afecta tanto a hombres como a mujeres de diversas edades, en la mayoría de los casos se debe a un mecanismo reflejo que tiene buen pronóstico. En determinados pacientes puede presentarse en forma de crisis recurrentes afectando gravemente su calidad de vida o ser parte de una enfermedad de mal pronóstico con riesgo de sufrir una muerte súbita.
Piel pálida, visión borrosa y de túnel, náuseas, sensación de calor, aturdimiento, sudor frío y húmedo, son algunas de las señales previas, llamadas pródromos, que anticipan el síncope. Sin embargo, puede suceder que no se evidencie ninguno de estos indicios y simplemente se desencadene el síncope, durante el cual los síntomas pueden variar en movimientos bruscos y anormales (tipo convulsiones), pupilas dilatadas, pulso lento y débil y en algunos casos, el paciente puede orinarse o defecar.
Por lo general, la recuperación tras el síncope vasovagal es rápida, lo cual no significa que si la persona que sufrió el episodio luego del desmayo se pone en pie demasiado rápido, entre los 15 y los 30 minutos posteriores, corre el riesgo de volver a desmayarse, ya que el flujo sanguíneo no llegó a normalizarse.
síncope vasovagal
Entre las causas que generan el síncope vasovagal se pueden diferenciar tres: reflejo o neuromediado (la frecuencia cardíaca y la presión arterial funcionan incorrectamente), cardiogénico (puede producirse por una arritmia o algún tipo de enfermedad cardíaca) o una hipotensión ortostática (disfunción del sistema nervioso secundario a una patología de base, como la Diabetes). De las tres causas, la más frecuente es el síncope neuromediado que, tratándose de la combinación de una presión arterial baja y una frecuencia cardíaca lenta, reduce el flujo sanguíneo hacia el cerebro y se produce el desmayo. Siendo un síncope benigno, en la mayoría de los casos, se presenta en forma de episodios aislados. Aunque no tienen un factor desencadenante, puede ser el resultado de permanecer demasiado tiempo en pie, estar expuesto a una fuente de calor, someterse a una extracción de sangre, tener miedo de sufrir una lesión física, entre otros factores.
En general, no precisa de medidas terapéuticas especiales más allá de reafirmar al paciente sobre la naturaleza benigna del cuadro, lo que ayuda a reconocer y evitar los desencadenantes. Sin embargo, si un paciente sufre un síncope con frecuencia, repercutiendo en su calidad de vida, existen otras alternativas terapéuticas que van desde lo farmacológico hasta  el implante de marcapasos.
El diagnóstico de un paciente que ha sufrido un síncope se obtiene con una descripción detallada de los desencadenantes, los síntomas previos, lo que ha ocurrido durante el episodio y la forma de recuperación. Asimismo, los antecedentes personales de cardiopatías u otras enfermedades el historial familiar brindan información muy valiosa para conocer la causa de este episodio y poder realizar el tratamiento más adecuado, sumado a las recomendaciones médicas como beber mucho líquido, evitar situaciones de permanecer mucho tiempo en pie, calor y multitud de personas.
Si bien, la exploración física es importante, aunque suele proporcionar poca información sobre la causa del síncope, es necesario realizar una serie de estudios como un electrocardiograma (ECG), Holter (ECG de 24 hs que permite registrar el ritmo cardíaco), un ecocardiograma (permite evidenciar alteraciones estructurales del corazón), un Tilt Test (consiste en una camilla basculante que se utiliza ante la sospecha de un síncope neuromediado), análisis de sangre (permite descartar un déficit de glóbulos rojos o de azúcar) o un estudio electrofisiológico (permite evaluar arritmias cardíacas y el sistema eléctrico del corazón).
Nuestro servicio de Cardiología cuenta con un equipo de profesionales médicos que ponen a disposición de sus pacientes un servicio de calidad para el diagnóstico precoz y tratamiento efectivo del síncope, el cual si bien la mayoría de las veces es benigno, en algunos pacientes puede ser signo de una afección más grave como un trastorno cardíaco o cerebral.

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