Las Enfermedades Cardiovasculares (ECV) y sus factores de riesgo representan la principal causa de enfermedad, mortalidad y discapacidad en la población. Estas patologías junto con otras como el cáncer, la diabetes y las afecciones respiratorias crónicas, se encuentran dentro del grupo de las llamadas Enfermedades Crónicas no Transmisibles (ECNT).

En general, las ECV poseen dos características principales. Se tratan de patologías crónicas, debido a que una vez que se originan, acompañan a la persona que la padece por el resto de su vida; y son multifactoriales, ya que su aparición y comportamiento en la salud del individuo depende de múltiples factores, como la predisposición genética, el hábito de fumar, una alimentación inadecuada, la inactividad física, entre otros. Es por esta razón, que este grupo de enfermedades deben ser tratadas de una manera integral.

Para la Organización Mundial de la Salud, los Programas de Rehabilitación Cardiovascular se constituyen como un tratamiento médico basado en tres pilares fundamentales: la educación en hábitos de vida saludable, el ejercicio físico supervisado y adaptado y el control médico cardiovascular.

El objetivo principal es poder brindarles a las personas que padecen alguna enfermedad cardiovascular, una condición física, mental y social óptima. De esta manera, se busca no sólo recuperar y/o mantener un rol activo dentro de la comunidad, sino también disminuir las probabilidades de sufrir nuevos eventos cardíacos.

cuidado del corazón

El Programa de Rehabilitación Cardíaca

Luego de un evento cardiovascular, es muy probable que surjan algunos interrogantes como ¿y ahora cómo sigo?, ¿hasta dónde puedo exigirme físicamente?, ¿volveré a ser el mismo de antes?, ¿qué puedo hacer para disminuir las probabilidades de padecer un nuevo evento?. Los Programas de Rehabilitación Cardíaca son sistemas terapéuticos donde el paciente no sólo podrá responder a estas preguntas, sino también recuperar su estado de salud y mejorar su calidad de vida.

Nuestro Sanatorio facilita el acceso a un Programa de Rehabilitación Cardíaca que permite fortalecer y mejorar el funcionamiento del corazón, de los pulmones y de los diferentes músculos que conforman el cuerpo humano. Este proceso se inicia con la derivación del cardiólogo de cabecera. Posteriormente, el equipo rehabilitador mantendrá una fluida comunicación respecto a la evolución del paciente a lo largo de la rehabilitación, la cual está conformada por tres momentos. En la primera etapa el profesional médico confecciona la historia clínica en función de sus antecedentes. Asimismo, se le informa sobre el programa y la evaluación del riesgo cardiovascular en función de los estudios previos y la prueba de esfuerzo dirigida a obtener datos de su capacidad física. Luego, el paciente tiene su primera sesión evaluativa en la sala en donde se busca evaluar sus capacidades funcionales (niveles de fuerza, flexibilidad, equilibrio, coordinación, etc.) y de su estilo de vida, valorar el estado actual de los huesos, articulaciones, músculos y sus lesiones/dolencias actuales. Es a partir de esta instancia, y de los resultados obtenidos, que el equipo médico programa los ejercicios que son más adecuados para cada paciente. Finalmente, se establece la frecuencia semanal y la estructura de las sesiones del entrenamiento: entrada en calor (movilidad articular general y ejercicios de baja intensidad), entrenamiento propiamente dicho (ejercicios de resistencia cardio‐respiratoria, de fuerza y del resto de las capacidades condicionantes) y vuelta a la calma (relajación y elongación de grupos musculares trabajados).

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Al tratarse de un tratamiento para el cuidado del corazón pero que trabaja de manera integral en la salud del paciente, presenta múltiples beneficios:

  • Disminuye el riesgo de un futuro evento cardíaco y de los síntomas relacionados a enfermedades cardíacas.
  • Aumenta la capacidad física y la tolerancia al esfuerzo.
  • Permite alcanzar y mantener un peso corporal saludable.
  • Promueve el aumento del HDL‐colesterol (colesterol “bueno”) y la disminución de los niveles de LDL‐colesterol (colesterol “malo”) y triglicéridos en sangre.
  • Posibilita el control de patologías como la diabetes y la hipertensión arterial.
  • Controla el consumo el tabaco.
  • Disminuye el estrés, la depresión y la ansiedad.

El programa tiene una duración de entre 3 a 6 meses, dependiendo del tipo de paciente y sus características.

De esta manera, es posible conocer cómo responde su cuerpo al estrés fisiológico pudiendo detectar diferentes signos de alarma (dolor de pecho, falta de aire, entre otros) y, al haber aprendido cómo manejarse en cada situación, el paciente puede interrumpir de modo seguro su ejercicio y realizar la consulta médica correspondiente. Además, todos los pacientes a pesar de haber dejado de serlo mantienen una estrecha comunicación con el equipo médico, para poder monitorizar como es su desempeño en su vida cotidiana y en su entrenamiento posterior a la rehabilitación.

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La Rehabilitación Cardíaca estimula la adopción de hábitos saludables mejorando la calidad de vida de los pacientes que presentan factores de riesgo cardiovasculares (sobrepeso, obesidad, diabetes, hipertensión, tabaquismo, entre otros) y aquellas personas que hayan sufrido alguna patología cardiovascular (enfermedad coronaria, trasplante cardíaco, valvulopatías operadas, insuficiencia cardíaca, portadores de marcapasos o desfibriladores implantados, patologías congénitas operadas y enfermedad vascular periférica). Nuestro Sanatorio colabora con un equipo de profesionales especializados en Medicina Cardiológica, Kinesiología y Fisioterapia y Nutrición, poniendo a disposición de sus pacientes un programa integral de rehabilitación cardíaca que permite mejorar su calidad de vida.