Pocas veces una infección impactó tan negativamente en la sociedad como el VIH/SIDA. Esto se debe a que aborda dos temas íntimamente ligados a la humanidad: por un lado, la muerte y por otro, la sexualidad de las personas. Ya pasaron más de 30 años desde el inicio de la epidemia y aún los tabúes continúan causando miedo, estigmatización y discriminación, pese a los avances obtenidos en ciertos aspectos como los cambios generacionales, las nuevas leyes, los nuevos paradigmas, y una forma diferente de asumir la sexualidad, con más diversidad y menos prejuicio.
En el mundo, más de 36 millones de individuos conviven con la infección del VIH. En Córdoba particularmente, y según datos oficiales del Ministerio de Salud de la Provincia, en los últimos años entre 2 y 3 personas promedio son diagnosticadas por día con la infección.
Estamos convencidos de que la mejor forma de prevenir es educar, definir conceptos básicos, formas de transmisión, capacitar al plantel médico para asesorar correctamente a los pacientes, y solicitar el test diagnóstico en todas las consultas, sin importar la especialidad, recordando que el mismo es confidencial, voluntario y sin costo.
No es lo mismo
Uno de los errores más frecuentes es catalogar al VIH como sinónimo de SIDA o a la inversa. El Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) es aquel que afecta a las células del sistema inmune disminuyendo su cantidad. Éstas defienden al cuerpo de agentes infecciosos y se debilitan en forma progresiva, condición que puede pasar desapercibida durante años. El Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) es la etapa final de la infección por VIH. Cuando el virus logra debilitar seriamente las defensas y el organismo queda expuesto a diferentes agentes infecciosos se producen las denominadas enfermedades oportunistas.
El VIH no se contagia, se transmite
Es posible contraer el virus cuando algún fluido corporal (sangre, líquido pre-seminal, semen, secreción vaginal o leche materna) de una persona que convive con el VIH entra en contacto con las membranas mucosas del pene, vagina, ano o boca, o con heridas en la piel de una persona sana. La vía más frecuente de transmisión son las relaciones sexuales sin protección en cualquiera de sus formas (anales, vaginales y orales), entre personas del mismo o de distinto sexo.
Una única relación sexual con una persona que convive con VIH puede ser suficiente para contraer la infección. Hoy, el único método científicamente comprobado para evitar esta infección y otras enfermedades de trasmisión sexual es el correcto uso del preservativo.
Otra vía de transmisión es la sanguínea, es decir, cuando la sangre de una persona que convive con el VIH toma contacto con la sangre de una persona sana. Esto puede ocurrir al compartir agujas, jeringas y/o elementos corto-punzantes en usuarios de drogas endovenosas; al realizarse tatuajes y/o perforaciones en cualquier parte del cuerpo reutilizando el material descartable, o al emplear instrumental médico o quirúrgico sin esterilizar. La transmisión también puede ocurrir por transfusiones de sangre o sus derivados infectados con el virus, pese a ser una vía de transmisión poco frecuente dado los estrictos programas de control y testeo de la sangre a transfundir y a la alta sensibilidad de las metodologías empleadas en los bancos de sangre.
El VHI también puede transmitirse de una mujer que vive con el virus a su bebé durante el embarazo, en el momento del parto o durante la lactancia, lo cual se denomina transmisión vertical. Este riesgo puede reducirse si la paciente es diagnosticada precozmente durante el embarazo, poniendo en práctica todas las intervenciones disponibles para evitar la transmisión.
[caption id="attachment_54707" align="alignnone" width="1000"] Close up female doctor holding a red ribbon as a symbol of AIDS[/caption]
Por este motivo, es importante solicitar voluntariamente el Test de VIH a toda mujer embarazada o que tenga planificando un embarazo, como así también recomendar la realización del mismo a su pareja.
Elegí saber, elegí prevenir
Es bueno que sepas que: estudiar, trabajar, jugar, intercambiar ropa con personas o niños que conviven con el VIH, darse la mano, besarse, abrazarse, beber del mismo vaso, compartir un mate, bañarse o tener relaciones sexuales utilizando preservativo son actividades cotidianas que no implican riesgo alguno de transmisión del VIH.
Hoy el VIH/SIDA es una enfermedad que, diagnosticada a tiempo y adecuadamente tratada, conlleva a una vida saludable y prolongada.
Una prueba que puede salvar tu vida
En Argentina, el 30% de las personas que conviven con la infección no lo saben, lo cual ocasiona diagnósticos tardíos y la propagación de la infección.
La única forma de saber si se ha contraído el Virus es mediante la realización del Test de VIH: un análisis de sangre que detecta la presencia de anticuerpos específicos contra el virus.
Por este motivo, desde el 27 de noviembre hasta el 1 de diciembre Sanatorio Allende realizará un asesoramiento pre y post Test y un testeo voluntario, confidencial y gratuito a quienes lo deseen. (Más información en: http://www.sanatorioallende.com/web/es/campana_vih_2017.aspx). Podés solicitar esta prueba en cada consulta médica que asistas, no es necesario que seas mayor de edad y que te encuentres en ayuno total. Es confidencial, es decir, existe la obligación de no revelar el resultado sin autorización previa del paciente, y voluntario, es tu derecho no una obligación realizártelo ni que te lo soliciten.
De acuerdo a registros estadísticos de nuestro Sanatorio se confirma un diagnóstico por día, siendo la institución privada con mayor tasa de diagnósticos anuales y seguimientos de pacientes, brindando el mejor servicio multidisciplinario, humano y profesional del interior del país.
No existen grupos de riesgos, existen conductas de riesgo. El VIH/SIDA no es una infección de pocos, de grupos marginales o aislados. No discrimina clase social, edad, sexo o religión. Todos estamos expuestos. Evitarlo depende de vos.
marzo 27, 2024
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