El apéndice es un órgano de una longitud promedio de 6 cm, el cual se ubica en la zona baja del abdomen conformando el intestino grueso. Al tratarse de un órgano cerrado en forma de tubo (sin salida), la obstrucción de la luz apendicular provoca un crecimiento descontrolado de las bacterias que, normalmente, habitan en el intestino produciendo lo que conocemos como apendicitis.
La inflamación que se inicia en la parte superior del abdomen, cerca de “la boca del estómago”, produce lo que se conoce como dolor abdominal. Luego del correr de algunas horas, esa manifestación de dolor se traslada a la parte baja del abdomen.
La mayoría de las personas con apendicitis tienen dolor en la parte baja y derecha del abdomen. Aunque otros pacientes pueden tener dolor pelviano, en la región del ombligo e incluso en la zona lumbar.
Otros síntomas a tener en cuenta son:
- Fiebre
- Pérdida de apetito
- Distensión abdominal
- Temblores
- Náuseas y/o vómitos
- Diarrea y/o estreñimiento
- Escalofríos
La apendicitis puede ser difícil de diagnosticar por manifestar síntomas y signos similares a otras patologías.
La apendicitis se considera como una urgencia médica. Incluso, al no poder prevenirla, es importante conocer sus síntomas para asistir en tiempo y forma al centro de salud más cercano y así evitar complicaciones mayores. Una de las dificultades que se presentan es la posible producción de una obstrucción intestinal o peritonitis generalizada.
Diagnóstico y tratamiento. Al momento de la consulta, el médico realiza el diagnóstico a partir del cuadro sintomatológico que ofrece el paciente y los datos que arrojen un examen físico específico.
Una de las técnicas diagnósticas que se utiliza en esos casos es el llamado signo de Blumberg. Esta consiste en presionar la zona baja derecha del abdomen y soltarla bruscamente. Si el dolor se intensifica, significa que hay inflamación del peritoneo de origen apendicular o de algún órgano vecino.
Cuando el paciente precisa una intervención quirúrgica de emergencia, se efectúa una apendicectomía. Esta intervención quirúrgica se puede realizar a través de pequeñas incisiones (orificios) en el abdomen mediante la técnica de laparoscopia, o por el método tradicional llamado laparotomía.
La implementación de la técnica laparoscópica presenta ciertos beneficios para el paciente debido a que brinda una recuperación más rápida y, por lo tanto, una reincorporación a sus actividades en pocos días y un mejor resultado estético. Cabe recordar que la elección de una u otra alternativa es una decisión que toma el cirujano.
Desde el Sanatorio Allende recordamos que realizar una consulta médica ante la presencia de alguno de los síntomas descritos ayuda a prevenir complicaciones potencialmente graves, a veces con riesgo de vida para el paciente
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