El cáncer de pulmón es una enfermedad caracterizada por la formación de células cancerosas en los tejidos del pulmón. En este sentido existen dos tipos de cáncer en los pulmones: de células pequeñas y de células no pequeñas.
Según el Instituto Nacional del Cáncer, hay un número mayor de personas que fallecen a raíz del cáncer de pulmón que por cualquier otro tipo de cáncer. El tabaquismo es la causa más frecuentemente relacionada a esta enfermedad, junto a factores ambientales como la exposición secundaria a tabaco (tabaquismo de segunda mano o exposición pasiva), al gas radón, a la polución ambiental, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, antecedentes familiares de cáncer de pulmón entre otros.
Fumar causa cánceres en la boca y la garganta, el esófago, el estómago, el colon, el recto, el hígado, el páncreas, la laringe, la tráquea, los bronquios, el pulmón, el riñón y pelvis renal, la vejiga urinaria y el cuello uterino, y también ocasiona leucemia mielógena aguda.
Existe la posibilidad de que éste tipo de cáncer no manifieste ningún signo ni síntoma. Sin embargo, es importante que el paciente realice la consulta médica pertinente en caso de evidenciar la presencia de algunas de estas señales:
- Molestia o dolor en el tórax.
- Tos que no se va o que empeora con el tiempo.
- Dificultad para respirar.
- Sangre en el esputo (moco expulsado de los pulmones al toser).
- Pérdida de peso sin razón conocida.
- Sensación de mucho cansancio.
- Dificultad para tragar.
“En Sanatorio Allende contamos con una estrategia de prevención secundaria que ha demostrado una disminución de la mortalidad específica por cáncer de pulmón en pacientes considerados de mayor riesgo de padecerlo” explica el Dr. Nicolas Castagneris, especialista del Servicio de Oncología Clínica del Sanatorio Allende y añade: “El objetivo es el de encontrar la lesión pulmonar en etapas más precoces de su evolución, es decir, cuando son de pequeño tamaños y donde las tasas de curación aumentan significativamente a través del tratamiento local, principalmente la cirugía”.
Radiografía de Tórax y Tomografía computarizada de baja dosis en la detección precoz de Cáncer de Pulmón
En las etapas iniciales de la enfermedad, las posibilidades de necesitar de tratamientos como quimioterapia o radioterapia son menores, al igual que la recurrencia de la patología.
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La radiación es uno de los tratamientos más comunes contra el cáncer[/caption]
Además, diagnosticar el cáncer de pulmón en estadíos tempranos, implica que las cirugías serán proporcionalmente menos invasivas en cuanto a las formas de abordaje, tiempos operatorios, complicaciones intraoperatorias y postquirúrgicas. También trae beneficios relacionados con una mayor posibilidad de preservar una eficiente función cardiorrespiratoria, sin limitaciones en la calidad de vida del paciente.
Otro beneficio observado en estudios científicos de detección precoz del cáncer de pulmón, es que además se redujo la mortalidad global. Es decir, en forma de hallazgo se encontraron imágenes correspondientes a otras patologías no oncológicas, que permitieron un tratamiento precoz y disminución de la mortalidad no-cáncer específica.
En ese sentido, una radiografía de tórax es a menudo la primera prueba que su médico pedirá para saber si existen una anomalía en los pulmones. Los estudios por imágenes se pueden hacer por varias razones tanto antes como después del diagnóstico de cáncer de pulmón.
Estos motivos incluyen:
- Para encontrar áreas sospechosas que podrían ser cancerosas
- Saber cuán lejos se podría haber propagado el cáncer
- Ayudar a determinar si el tratamiento es eficaz
- Detectar posibles signos del cáncer que regresa después del tratamiento
En cuanto a la radiografía de tórax, no hay datos científicos que avalen hoy que su indicación reduzca la mortalidad por cáncer de pulmón como estrategia de detección precoz.
En la actualidad las recomendaciones indican que pacientes de 50 años o más que han fumado más de 20 paquetes/año a lo largo de su vida (equivalente a fumar una etiqueta por día durante 20 años o 10 cigarrillos por día durante 40 años), deberían realizarse una tomografía de baja tasa de irradiación en forma anual.
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Esta tecnología de baja irradiación permite realizar estudios de forma más rápida[/caption]
Ésta prueba conocida como tomografía computarizada de baja irradiación puede ayudar a encontrar áreas anormales en los pulmones, sectores que pueden presentar indicaciones cancerosas. Las investigaciones han demostrado que el uso de ésta técnica como prueba de detección en personas con un mayor riesgo de cáncer de pulmón pueden reducir el riesgo de mortalidad.
Vale aclarar que la mayoría de las sociedades científicas no recomienda una edad como límite para discontinuar la realización de la tomografía anual por lo que la edad de discontinuación sigue siendo un tópico controvertido y no hay un consenso general.
La mayoría de los hallazgos anormales en los pulmones no están relacionados con cáncer estrictamente, pero se necesitarán más tomografías computarizadas u otros estudios para confirmarlo. En este sentido, una biopsia de pulmón (prueba en la que se extrae un fragmento de tejido de pulmón) cobra mayor relevancia.
“Este tipo de tecnología con la que contamos en el Sanatorio Allende, nos permite realizar estudios de forma más rápida, minimizando el tiempo de irradiación” explica el Dr. Nicolas Castagneris y concluye: “El riesgo de daños colaterales secundarios a la irradiación en éste tipo de tomografías es ínfimo, más aún entendiendo el beneficio potencial en términos de curación del cáncer de pulmón”.
Doctor Nicolás Castagneris - Servicio de Oncología Clínica - Sanatorio Allende
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