La llegada del verano trae consigo la ansiada exposición al sol, pero también la necesidad de proteger nuestra piel de los daños causados por la radiación ultravioleta (UV). Entender las claves para seleccionar un protector solar adecuado es esencial para disfrutar del sol de manera segura.
La radiación UV, proveniente tanto del sol como de fuentes artificiales, se clasifica en UVA, UVB y UVC según su longitud de onda. Ambos tipos de radiación, tanto UVA como UVB, se encuentran entre las más relevantes para la salud de nuestra piel.
A pesar de que la radiación UV ofrece beneficios como la producción de vitamina D, también conlleva riesgos para la salud. La exposición al UVB, más intensa en verano, puede causar quemaduras solares y bronceado, contribuyendo al daño al ADN celular y al cáncer de piel.
En contraste, la exposición constante a la radiación UVA a lo largo del año está asociada a cambios crónicos como alteraciones en el ADN, degradación en la elastina y el colágeno cutáneo, promoviendo el fotoenvejecimiento y el cáncer de piel. Es por esto que siempre es aconsejable realizar chequeos regulares de la piel y consultar a un dermatólogo ante la presencia de cambios en lunares, manchas o cualquier otra anomalía cutánea.
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Para prevenir estos efectos perjudiciales, la fotoprotección se presenta como una herramienta fundamental. Medidas como evitar las actividades al aire libre en los horarios pico, permanecer en la sombra, utilizar ropa de protección UV y, por supuesto, aplicar protector solar son clave.
“Se denomina factor de protección solar (FPS) al número de veces que el fotoprotector aumenta la capacidad de defensa natural de la piel frente al eritema o enrojecimiento previo a la quemadura” explica el Doctor Jose María Verduzco, jefe del Servicio de Dermatología del Sanatorio Allende. Y añade: “El valor numérico que se indica en el envase de un fotoprotector solar se refiere al efecto protector contra la radiación UVB”.
Claves para la correcta elección de un protector solar durante el verano
Ante la creciente oferta de productos, se vuelve indispensable conocer qué aspectos son los más relevantes a la hora de escoger cómo queremos proteger nuestra piel. Para elegir un protector solar adecuado, lo primero e indispensable es conocer cómo identificar el nivel de protección solar contra la radiación UVB y UVA que aportan los mismos.
Un buen protector solar ayuda a prevenir distintos signos de envejecimiento prematuro.
En ese sentido es preciso conocer que, el valor numérico que se indica en el envase de un fotoprotector solar, se refiere al efecto protector contra la radiación UVB. El FPS indica el tiempo que se puede permanecer en el sol con la piel protegida en comparación con la piel sin protección hasta que aparezca el eritema.
“Se denomina factor de protección solar (FPS) al número de veces que el fotoprotector aumenta la capacidad de defensa natural de la piel frente al eritema o enrojecimiento previo a la quemadura (y no frente a los otros efectos producidos por la radiación UVA)” comenta el Doctor Verduzco. Y recomienda: “Para exposición a radiación UV intensa, se recomienda el uso de FPS con nivel de protección muy alto (30,40,50) o ultra (superior a 50 ó 50 +)”.
Otro de los puntos clave a la hora de adquirir un fotoprotector es comprender el concepto de amplio espectro. Éste término significa que el protector solar tiene además protección UVA con una longitud de onda de al menos 370 nanómetros.
“La recomendación es utilizar fotoprotectores de amplio espectro que nos protejan contra los daños agudos del sol (quemaduras), pero también contra los cambios crónicos (alteraciones del ADN y cáncer de piel, hiperpigmentación y fotoenvejecimiento)” explica el Doctor Verduzco.
En el caso de pieles con un mayor fotoenvejecimiento, el uso de protectores solares diarios con nivel de protección alto (FPS 25) puede favorecer al capital de melanina que aún se posea. Pero en caso de exposición a radiación intensa o enfermedades dermatológicas que así lo requieran (cómo el cáncer de piel) la protección debe ser muy alta o ultra (FPS 30 a 50+).
¿Cómo debo colocar el fotoprotector? El protector solar debe aplicarse 30 minutos antes de la exposición solar, debe reponerse cada 2 horas y reaplicarse en caso de sudoración excesiva o inmersión en el agua. Dicha aplicación debe ser uniforme y abarcar toda la superficie cutánea expuesta.
Aunque el fotoprotector ofrece propiedades como resistencia al agua (water resistant) o impermeabilidad (waterproof) se aconseja repetir la aplicación después del baño.
Para saber cuánta cantidad de protector solar puedo usar, la clave está en dividir el cuerpo en 11 partes. Aplicar un dedo en la zona 1 y 2 dedos en el resto de las zonas, utilizando los dedos meñique y anular.
La aplicación correcta del protector solar es esencial para garantizar una protección efectiva contra los daños causados por la radiación ultravioleta (UV).
En casos especiales como embarazo, alergias, enfermedades fotosensibles, antecedentes de cáncer de piel o tratamientos oncológicos se debe consultar al dermatólogo sobre qué fotoprotección utilizar en estas situaciones. En tanto, los niños menores de 3 años también requieren un cuidado especial: no deben tener exposiciones prolongadas, requieren protectores con filtros permitidos para su edad y ropa de protección UV y se deben evitar quemaduras e insolaciones que pueden revestir gravedad en los primeros años de vida.
No deje de realizar su consulta. Desde el Servicio de Dermatología del Sanatorio Allende se explica que, a pesar de la información brindada, es sumamente importante el asesoramiento del especialista en Dermatología.
“Esto se debe a que la elección del fotoprotector varía según el tipo de piel del paciente (mixta, grasa o seca), mi fototipo (pieles claras u oscura) y las condiciones especiales y enfermedades de base que así lo requieran” concluye el Doctor Verduzco.
Doctor José María Verduzco - Servicio de Dermatología - Sanatorio Allende
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