El distanciamiento social, el aislamiento preventivo y obligatorio, únicos recursos para disminuir el impacto de la pandemia, pueden generar resistencia a presentarse en el hospital contribuyendo involuntariamente a efectos negativos en el cuidado de la salud. En conversación con los integrantes de la Unidad de Stroke del Sanatorio, manifiestan notar con preocupación una disminución del 80 % de las consultas en guardia de los pacientes con accidentes cerebrovascular (ACV).

Los profesionales estiman que por temor al contagio con coronavirus SARS-COV2, muchos pacientes demoran las consultas, aun teniendo síntomas. Las muertes por enfermedad vascular, enfermedad coronaria o cerebrovascular, debido al mal control de los factores de riesgo, y a la demora en la realización de procedimientos no invasivos (estudios de imágenes) e invasivos (cateterismos diagnósticos y terapéuticos) que han demostrado reducir la morbimortalidad pueden, en el estado actual de la pandemia, superar a las muertes por COVID19.

Esto podría prevenirse en muchos casos. Lo mismo que la invalidez causada por la afección vascular.

Según el Estudio Epidemiológico Poblacional sobre Accidentes Cerebrovasculares (EstEPA), un 2% de la población mayor de 40 años en Argentina ha sufrido un ACV (cerca de 340.000 argentinos). Los datos sugieren una prevalencia más alta en comparación con otros países de la región y similar a lo reportado en Europa, como consecuencia del envejecimiento de la población argentina.

Nuestro Sanatorio dispone de una Unidad de Stroke conformada por un equipo de profesionales especializados.

Pérdida de la fuerza en brazo y/o pierna, disminución de la sensibilidad en una mitad del cuerpo, dificultad para hablar, inestabilidad para caminar o incoordinación, así como dificultad para ver o un dolor de cabeza muy intenso de inicio súbito, son algunos de los síntomas y/o signos que podrían estar indicando un ACV. Resulta importante aclarar que la duración de los síntomas puede ser variable, en ocasiones persistentes, y otras veces de unos pocos minutos de duración, para luego resolver espontáneamente. En el primer caso podría tratarse de un ACV, mientras que en el segundo podría tratarse de un ataque isquémico transitorio (AIT). En ambos casos es muy importante que los pacientes llamen a un servicio de emergencia para ser trasladados a un hospital.

La prevalencia del ACV es mayor en hombres que en mujeres y aumenta con la edad, siendo mayor al 4% en las personas mayores de 75 años.

Por otra parte, ha sido recientemente descripto que el COVID19 puede manifestarse en un bajo porcentaje de casos, por alteraciones neurológicas como alteración de la conciencia, ataque cerebrovascular agudo, trastornos en la marcha, convulsiones y alteración del gusto, del olfato y de la visión.

Es importante, contando con este recurso de Telemedicina, reducir el tiempo para llegar a la atención médica. Las opciones de tratamiento para restablecer la circulación con drogas o dispositivos mecánicos, pueden estar limitadas en los pacientes que son evaluados luego de varias horas. Por otro lado, es fundamental recordar que la población con mayor riesgo para presentar un ACV, los mayores de 65 años, también puede tener complicaciones serias por la infección con COVID 19. Por eso es importante, llamar frecuentemente a los mayores de 65 años que están solos en aislamiento para asegurarnos que se encuentren bien.

El seguimiento del equipo de salud será el que el paciente requiera y eso no se modificó con la pandemia. La rehabilitación y el seguimiento clínico posterior podrá hacerse asistido por medio de telemedicina para facilitar el cumplimiento de las medidas de aislamiento.

El miedo y la confusión han generado por el exceso de información, que en ocasiones se generó en fuentes no confiables, contribuyó a desinformar a la población. Esto dificultó racionalizar adecuadamente la situación que enfrentamos como sociedad. Por ello, resulta fundamental recordar que los pacientes que están cursando un ACV no deben quedarse en casa. Si son tratados a tiempo la mortalidad es baja y quienes sobrevivan tendrán menores secuelas o una posibilidad mayor de tener una recuperación completa.

Nuestro Sanatorio dispone de una Unidad de Stroke conformada por un equipo de profesionales especializados y que brindan asistencia médica a pacientes que hayan sufrido un accidente cerebrovascular, mejorando el índice de sobrevida y logrando una mejor recuperación. Asimismo, esta Unidad está re diseñada para funcionar con pacientes febriles o sospechosos de infección por SARS-COV2 en forma totalmente separada de aquellos pacientes sin sospecha de infección. Por esta razón, desde la institución se estableció un protocolo que contempla ambos tipos de pacientes y siguen caminos diferentes, brindando la máxima calidad en la atención médica.