El“glaucoma juvenil” ó el mal llamado glaucoma congénito de inicio tardío es un tipo de glaucoma que se caracteriza por presentarse en edades tempranas de la vida, entre los 2 años hasta la pubertad, provocando un daño del nervio óptico crónico e irreversible.
Este glaucoma, es uno de los tantos tipos de glaucomas existentes. También es importante tener presente otra manera de presentación que es el “glaucoma juvenil tardío” donde comienza desde la pubertad hasta los 35 años.
Los síntomas suelen ser casi “silentes” por lo que se debe realizar exámenes oftalmológicos específicos para detectar este glaucoma
Ésta patología presenta su alteración anatómica en el ángulo iridocorneal, lugar donde se encuentra la malla trabecular, es decir, la estructura encargada de drenar el humor acuoso, para que este llegue al sistema venoso y de esta manera mantener la presión en valores adecuados.
La alteración en el flujo adecuado de humor acuoso, genera aumento de la presión intraocular. Esto provoca daño en el nervio óptico causando disminución del campo visual y en casos graves pérdida de la visión.
Es importante tener en cuenta que el glaucoma congénito de inicio tardío puede ser asintomático en sus primeras etapas, lo que significa que puede pasar desapercibido hasta que se haya producido un daño significativo en el nervio óptico.
El motivo por el cual es una amenaza radica fundamentalmente en que la enfermedad como tal no presenta síntomas. Entonces cuando se empieza a notar algunos de ellos, la enfermedad está muy avanzada.
“En el glaucoma juvenil tardío, cómo el paciente no siente dolor ni molestias, no acude a una consulta y la enfermedad continúa presente, desarrollándose y evitando que podamos actuar de manera oportuna” explica la Dra. Lorena Roganti, nuestra especialista en oftalmología y añade: “Cuando el paciente llega con algún síntoma cómo la disminución del campo visual, la enfermedad ya se encuentra en un estado avanzado”.
Los exámenes que se realizan para su diagnóstico consisten en agudeza visual, medición de la presión intraocular, biomicroscopia, gonioscopia, visualización y medición del nervio óptico y campimetría visual computarizada.
El tratamiento para el glaucoma congénito tardío depende de la gravedad de la afección y de la edad del paciente. Sin embargo, el objetivo es el mismo: reducir la presión intraocular para prevenir la pérdida de la visión.
“El tratamiento comienza con gotas para disminuir la presión ocular. Si de esta manera no se logran controlar las presiones, se realizan micro pulsos de láser transescleral” comenta el Dr. Javier Vargas, médico de Staff de nuestro Servicio de Oftalmología.
“Con ésta nueva técnica se busca dejar el tratamiento quirúrgico como última alternativa” añade Vargas.
Actualmente nuestro Sanatorio brinda todos los tipos de tratamiento para esta patología, como así también dispone de todos los estudios necesarios para su diagnóstico.
“Es importante resaltar la importancia del control oftalmológico en los niños desde su nacimiento. De esta manera podemos sospechar estas patologías o detectar cambios anatómicos y así poder actuar de manera oportuna” concluye la Dra. Roganti.
Cabe aclarar que debido a la edad de presentación de esta enfermedad y ante la fuerte sospecha de la misma en un niño menor a 8 años, la mayoría de estos estudios se realizan bajo anestesia general.
Si existe el antecedente de glaucoma congénito o juvenil en la familia, no dude en hacer la consulta correspondiente.
Dra. Lorena Roganti – Dr. Javier Vargas - Servicio de Oftamología - Sanatorio Allende
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