La hepatitis viral es una inflamación del hígado, causada por diferentes virus que tienen la capacidad de atacar y dañarlo. Existen 5 tipos (A-B-C-D-E) que se diferencian por la forma de transmisión, el período de incubación y su evolución.
Las hepatitis virales tienen un gran impacto en la morbi-mortalidad es por ello que desde diferentes sociedades científicas en conjunto se delineó un plan a nivel mundial contra las hepatitis con el objetivo de Hepatitis Cero para el 2030.
Desde el Servicio de Gastroenterología, Hepatología y Video-Endoscopía del Sanatorio Allende, especialistas hepatólogos insisten en las medidas preventivas de contagio de estos virus así como en la importancia de los análisis pertinentes una vez en la vida y un calendario de vacunas actualizado.
Hepatitis A
Se transmite por la ingesta de alimentos y agua contaminados con heces de personas infectadas (vía fecal-oral). Además, se asociada a malas condiciones de higiene y en contacto interpersonal como en el sexo bucoanal.
Es habitual que algunos pacientes no presenten síntomas o cursen la enfermedad como un síndrome gripal. Principalmente los niños que, a diferencia de la mayoría de los adultos, lo cursan en forma asintomática. Sin embargo, durante el período de incubación del virus (entre 14 y 28 días), es posible que se manifieste un malestar general y:
También puede presentarse cambio de coloración en la orina y la materia fecal, una coloración amarillenta de la piel (ictericia) y mucosas.
La Hepatitis A dura algunas semanas y se resuelve de manera paulatina y espontánea. En un pequeño porcentaje de pacientes puede cursar de forma fulminante, que es un cuadro de extrema gravedad que puede requerir trasplante de emergencia. El Sanatorio Allende cuenta con vacuna segura y eficaz tanto para niños como para adultos.
Hepatitis B
Se puede transmitir de diversas maneras. Puede ser por vía sexual sin protección, por contacto con sangre o fluidos de personas infectadas, y de la madre hacia el feto. Esta enfermedad puede cursar de forma fulminante, aguda o crónica.
Para prevenir, todos los niños dentro de las primeras 12 horas del nacimiento deben aplicarse la vacuna contra la Hepatitis B y luego completar el esquema. Para la población adulta la vacuna es gratuita y se encuentra disponible. Se deben aplicar 3 dosis (1-2-6 meses).
Es necesario mencionar, que existe un tratamiento antiviral en caso de ser necesario por lo que es importante siempre consultar con un especialista en el caso de presentar algún signo.
[caption id="attachment_135143" align="alignnone" width="1300"] Ictericia, uno de los síntomas de la Hepatitis A.[/caption]
Hepatitis C
Se transmite por contacto directo a través de sangre o elementos cortopunzantes infectados, en menor medida por relaciones sexuales, como así también durante el embarazo. Las transfusiones hasta el año 1994, fue uno de los principales factores de riesgo.
Puede cursar de forma aguda, como el resto de las hepatitis mencionadas, pero lo habitual es que sea crónica. Si bien no hay vacunas efectivas para prevenir esta enfermedad, en la actualidad se dispone de tratamientos que permiten una cura de la infección hasta en un 95%.
La prevalencia mundial es de 296 millones de personas con Hepatitis B y 58 millones con Hepatitis C. Dada la magnitud de esta problemática, la OMS (Organización Mundial de la Salud) busca el objetivo de eliminar las Hepatitis para el 2030, para lo cual requiere del compromiso y arduo trabajo de todos los países.
Las hepatitis causadas por los virus hepatitis B y C, son una gran amenaza para el sistema de salud. Tanto por su capacidad de transmisión como por su mortalidad y carga patológica asociada. Pueden terminar con cuadros vinculados al desarrollo de hepatitis crónica, cirrosis y hepatocarcinoma.
Hepatitis D
La particularidad de este virus es que necesita siempre del virus de la Hepatitis B para infectar y replicarse. Por esta razón, las vías de transmisión son las mismas.
Hepatitis E
Se transmite por vía fecal-oral, principalmente a través de aguas contaminadas, y tiene un período de incubación de 2 a 10 semanas. Las personas infectadas eliminan el virus por materia fecal, desde unos días antes del comienzo de la enfermedad hasta 4-5 semanas posteriores. Los síntomas son similares a cualquier hepatitis aguda.
Generalmente, se resuelve en un período de 4 a 6 semanas, pero en un pequeño porcentaje puede evolucionar a la forma fulminante, principalmente en mujeres embarazadas. Por el momento, no existe una vacuna efectiva para esta enfermedad.
¿Cuáles son las medidas preventivas?
Desde el Servicio multidisciplinario de Gastroenterología, Video-Endoscopía y Hepatología del Sanatorio Allende explican que, para evitar el contagio de estos virus, es fundamental tener presente los hábitos de higiene, el lavado de manos, agua potable, como así también el cuidado y la cocción de los alimentos.
La hepatitis B y C se previenen evitando compartir elementos contaminados con sangre (jeringas, elementos cortopunzantes), realizando procedimientos que necesiten invasión de la piel en lugares seguros (tatuajes, procedimientos estéticos, etc.) y manteniendo relaciones sexuales seguras.
Además, es fundamental realizarse los análisis de hepatitis B y C, al menos una vez en la vida y completar el esquema de vacunación.
Doctora Alina Zerega - Servicio de Gastroenterología, Video-Endoscopía y Hepatología - Sanatorio Allende
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