Los cambios en el abdomen o molestias en la ingle pueden acarrear complicaciones más severas. Por ello, especialistas del Servicio de Cirugía General, explican cómo reconocer un caso de hernia inguinal y la necesidad de un tratamiento a tiempo.

Las hernias inguinales pueden afectar a personas de todas las edades y géneros, incluyendo hombres, mujeres y niños. Las mismas se manifiestan como protuberancias en la región de la ingle, en la pared abdominal, siendo notorias como bultos palpables en la zona. 

En algunos casos las hernias inguinales son congénitas, relacionadas con la debilidad de los músculos abdominales y alteraciones en el colágeno. Sin embargo, también pueden adquirirse debido a factores como el exceso de peso, el embarazo, el estreñimiento o la realización de esfuerzos físicos, como levantar objetos pesados.

¿Cómo reconocer la presencia de una hernia inguinal?

Los síntomas de una hernia inguinal incluyen la presencia de un bulto visible o palpable en la zona de la ingle, dolor o molestias gradual en la ingle, especialmente al inclinarse, toser o levantar peso, así como sensación de ardor o dolor en el área del bulto. También puede experimentarse pesadez o arrastre en la ingle, con posibles manifestaciones como dolor e hinchazón alrededor de los testículos en casos más avanzados.

Ante cualquier cambio en el abdomen o molestias que el paciente pueda percibir, se vuelve fundamental consultar al médico.

Sin embargo, en la mayoría de los casos, las hernias son asintomáticas y se detectan mediante el examen físico al palpar un bulto en la pared abdominal o a través de estudios simples, como una ecografía, solicitados por el médico. Durante la consulta, el especialista llevará a cabo un estudio exhaustivo haciendo foco en la zona de la ingle y el abdomen.

En el examen el médico podrá palpar y evaluar la presencia de un bulto y sus características (tamaño, dolor asociado, entre otros). “Si el examen físico arroja un resultado sospechoso y la historia clínica del paciente cumple con ciertos requisitos, se solicitará confirmar el posible diagnóstico con pruebas de imagen” detallan especialistas del Servicio de Cirugía General del Sanatorio Allende.

Cuando el dolor persiste y se agrava con el tiempo, la complicación potencial es el atascamiento y estrangulamiento de la hernia, lo cual puede provocar oclusión intestinal, impidiendo el paso de alimentos o líquidos a través del intestino.

En el caso de la hernia inguinal, la ecografía es una opción de imagen comúnmente utilizada para confirmar la presencia de la hernia y evaluar su extensión y características. El médico puede justificar la solicitud de una ecografía para obtener imágenes más detalladas y precisas de la región afectada.

Una vez que se completan las imágenes, el profesional revisa los resultados y se comunica con el paciente para discutir los hallazgos. Dependiendo de los resultados, el médico puede sugerir un plan de tratamiento adecuado, que puede incluir opciones como la observación, el manejo conservador o la cirugía.

El tratamiento más común para las hernias inguinales es la cirugía. La cirugía se recomienda para evitar complicaciones más graves asociadas con las hernias inguinales, como el riesgo de estrangulación

La estrangulación ocurre cuando el contenido de la hernia queda atrapado, lo que puede comprometer el suministro de sangre y provocar daño de los tejidos atrapados en la hernia. La intervención quirúrgica a tiempo ayuda a prevenir estas complicaciones potencialmente peligrosas.

En este procedimiento, se realizan tres pequeñas incisiones en la pared abdominal, se utiliza una prótesis de polipropileno para cerrar el orificio herniano y se evita que el intestino se desplace. La intervención dura aproximadamente una hora, y el paciente puede permanecer en el hospital entre 12 y 24 horas.

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Además, la intervención quirúrgica ofrece una solución duradera, mejorando la calidad de vida a largo plazo del paciente. Hoy en día, los procedimientos mínimamente invasivos, como la cirugía laparoscópica, son opciones comunes que el paciente elige ya que implica incisiones más pequeñas, menor dolor postoperatorio y una recuperación más rápida en comparación con las cirugías abiertas tradicionales.

Es importante destacar que cualquier persona mayor de 13 años puede someterse a esta cirugía, pero se desaconseja en pacientes con problemas respiratorios graves. Durante el postoperatorio, se recomienda reposo relativo de 7 a 10 días y abstenerse de esfuerzos o actividad física durante aproximadamente 3 semanas para evitar la reaparición de las hernias.

El Servicio de Cirugía General del Sanatorio Allende lleva a cabo intervenciones quirúrgicas con un alto grado de especialización, contando con profesionales capacitados en centros extranjeros de primer nivel. Además, dispone de la tecnología adecuada para realizar procedimientos quirúrgicos mediante videolaparoscopía, ofreciendo a los pacientes un periodo postoperatorio más cómodo en comparación con la cirugía convencional.

“Las hernias inguinales son comunes, y es crucial prestarles atención para evitar complicaciones que puedan afectar la salud del paciente” explican especialistas destacados del Servicio de Cirugía General del Sanatorio Allende. Y concluyen: “Ante cualquier cambio en el abdomen o molestias que el paciente pueda percibir, se vuelve fundamental consultar al médico para realizar los estudios pertinentes y recibir un tratamiento adecuado”.

Servicio de Cirugía General - Sanatorio Allende


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