El ingreso a un hospital, ya sea por una enfermedad o un accidente, representa un punto de inflexión que impacta profundamente tanto en el paciente como en su entorno familiar. En ese sentido, ¿qué recaudos debemos tener en cuenta ante la internación de un niño?

Atravesar una enfermedad es algo cotidiano en la vida de una persona. De hecho desde los primeros años de vida la persona se encuentra vulnerable y expuesta a la experiencia de ‘estar enfermo’ produciendo sensaciones internas inusuales, así como un conocimiento repentino de procesos del organismo.

Encontrarse en un entorno nuevo y distinto al suyo, implica que el niño deba integrarse a un nuevo sistema ajeno al habitual. Este momento constituye un momento de tensiones y conflictos, tanto para el niño como para su grupo familiar o cuidadores.

La hospitalización pediátrica está directamente vinculada con un momento de carencia familiar, afectiva, social e incluso escolar. Así ésta experiencia se reviste de un nivel alto de estrés.

Reflexionar sobre el impacto que significa el ingreso a un hospital en la vida de un niño trae consigo una proyección en el reconocimiento integral de esta experiencia de vida. Ya sea por una enfermedad o un accidente, la limitación corporal que padece el paciente pediátrico activa sensaciones, miedos y visiones de sí mismo y el mundo que lo rodea, que se manifiestan en altos índices de angustia al ingresar en un hospital.

¿Cuáles son las claves a tener en cuenta al momento de la hospitalización pediátrica?

En medio de esa compleja realidad, desde el Servicio de Pediatría, especialistas en Internación Pediátrica, destacan la importancia de adoptar un enfoque integral al enfrentar la hospitalización del paciente pediátrico. Más allá de la atención médica, se deben considerar aspectos emocionales y psicológicos para garantizar el bienestar integral del niño y su entorno familiar.

 “Lo más claro, como profesionales, es ser claro con la familia de entrada” explica la Doctora Pautasso.

Para abordar adecuadamente esta situación, es crucial considerar varias claves que ayuden a mitigar el impacto emocional y que además favorezcan la recuperación integral del paciente infantil. En ese aspecto, el Sanatorio Allende cuenta con profesionales aptos para lograr una comunicación clara y efectiva. 

Es decir, explicar de manera clara y comprensible la situación médica, el proceso de tratamiento y las expectativas contribuye a reducir la ansiedad y el temor.

“Es muy difícil saber qué decirle a los niños pero saben que se quedan lejos de casa hasta terminar el tratamiento” explica la Doctora María Paz Pautasso, especialista del Servicio de Pediatría del Sanatorio Allende y coordinadora de Internación Pediátrica. Y añade: “Saber qué esperar durante su estancia en el Sanatorio y comprender las intervenciones médicas, puede reducir el miedo y la angustia, promoviendo una experiencia más positiva”.

Más del 60% de los casos de internación pediátrica en el Sanatorio Allende, corresponden a casos oncológicos. 

También es importante el hecho de facilitar la presencia de los padres o cuidadores cercanos es fundamental. De hecho, el contacto constante con la familia, ayuda a mantener un ambiente familiar, disminuyendo la sensación de aislamiento del niño y brindándole seguridad emocional

“En el Sanatorio Allende intentamos personalizar el entorno hospitalario para que sea más amigable para niños y niñas y que el contexto sea menos intimidante” comparte la Doctora Pautasso. Y añade: “Normalmente los niños traen su juguete de más gusto y/o apego durante esos días”. 

Otro de los aspectos clave, diferencial del servicio brindado por el Sanatorio Allende, es la posibilidad de obtener un enfoque multidisciplinario. Este enfoque implica la colaboración de diversos profesionales de la salud, cada uno con su experiencia específica, para abordar complejidades médicas, emocionales y sociales asociadas con la hospitalización pediátrica

https://www.youtube.com/watch?v=FeGCsy4icZU 

Y es que la salud de un niño abarca no solo aspectos médicos, sino también emocionales, sociales y educativos. De ésta manera un enfoque tal puede abordar de manera integral todas estas dimensiones, asegurando que las necesidades del paciente puedan ser atendidas en su totalidad. 

“El Servicio de Internación Pediátrica del Sanatorio Allende trabaja en conjunto con otros servicios cómo Psicología, Psiquiatría, Oncología, Hemoterapia y Cirugía Pediátrica entre otras” explica la Doctora Pautasso. De ésta manera todo el proceso de internación será de carácter personalizado. 

Actualmente el Sanatorio cuenta con 12 camas de internación dentro del Servicio de Internación Pediátrica. Aproximadamente, por año se tratan de 5 a 6 casos de Leucemia, la patología oncológica más frecuente en la infancia.

Un diferencial que posee Sanatorio Allende es que el vínculo que se genera con la familia y el paciente, atraviesa todos los procesos. Desde el diagnóstico hasta el día del alta. 

“El Sanatorio acepta muchas obras sociales que son de todo el país, garantizando que el paciente pueda ingresar, hacer el diagnóstico, iniciar un tratamiento, proveyendo también un domicilio para que puedan venir a realizar la quimioterapia ambulatoria sin el riesgo del viaje de vuelta a la provincia de donde provienen” explica la Doctora Pautasso. Y añade: “Además cuenta con toda la infraestructura y el material para poder realizar el tratamiento inmediatamente cuando se tiene diagnóstico. 

https://www.youtube.com/shorts/4jCj3m_Xn1Q

¿Qué puede hacer un padre o madre al momento de la internación? Luego del diagnóstico, el proceso de internación será un antes y un después para el grupo familiar

“Lo más claro, como profesionales, es ser claro con la familia de entrada” explica la Doctora Pautasso. Y añade: “Hacerles entender que es un proceso largo y que el tratamiento no está libre de complicaciones. Todo el tratamiento que hace el paciente está sujeto a efectos adversos que son tan complicados como la enfermedad misma”. 

Pueden aparecer sentimientos de culpa por la enfermedad, no entender todo desde un principio que está pasando con su hijo. Allí es cuando la consulta médica cobra aún más relevancia. 

En ese sentido, la especialista en Pediatría del Sanatorio Allende, destaca que, en casos de niños pequeños, no hay que “vacilar” entre síntomas de alarma. “Siempre hay que consultar al pediatra. Sobre todo porque cuando más tiempo se deja pasar, son días de pérdida de tratamiento” concluye la Doctora Pautasso. 

Doctora María Paz Pautasso - Servicio de Pediatría - Sanatorio Allende


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