Cada vez es más frecuente encontrar pacientes con síntomas gástricos, los cuales desaparecen luego de modificar hábitos alimenticios y evitar el gluten. Al respecto, nuestros especialistas del Servicio de Gastroenterología, explican los distintos diagnósticos relacionados al consumo de trigo, avena, cebada y centeno.

El principal factor desencadenante de la celiaquía es la ingesta de determinados alimentos que contienen gluten tales como el trigo, la avena, la cebada, el centeno y sus derivados (TACC). El consumo de estos genera una reacción inflamatoria de la mucosa del intestino delgado, atrofiando las vellosidades que lo recubren. Esto hace que el organismo, entre otras cosas, no tenga la capacidad de absorber los nutrientes correctamente.

La sintomatología de la enfermedad celíaca es muy variada y depende de cada paciente en particular. Dolor abdominal, disminución de apetito, pérdida de peso, anemia, entre otros, son algunas de las principales señales de que algo no anda bien. Sin embargo, existen ciertos casos donde se vuelve difícil determinar el origen de los síntomas.

Las causas que generan intolerancia al gluten aún se desconocen, aunque factores genéticos, inmunológicos y ambientales pueden cumplir un rol importante en el desarrollo de la patología. Cabe aclarar que la enfermedad celíaca no es una patología hereditaria pero, y según nuestros especialistas, es de importancia realizar la consulta médica correspondiente en caso de existir antecedente familiar debido a que aumenta el riesgo de padecerla.

¿Cuáles son los diagnósticos asociados a la ingesta de gluten?

El trigo, el arroz y el maíz son los cereales más consumidos en todo el mundo debido a que son una fuente rica en almidón, un componente dietético básico para la población humana. Cada grano de trigo está formado por, entre otros componentes, un  10-15% de proteínas de las cuales el 85% es gluten

[caption id="attachment_129725" align="alignnone" width="960"]gluten-harina-trigo-celiaquia El consumo per cápita de harina de trigo en Argentina es uno de los más altos de la Región de América Latina y el Caribe[/caption]

Hoy en día el consumo de gluten se vincula a tres trastornos: la Enfermedad Celíaca, la Alergia al trigo y la Sensibilidad al gluten no celíaca. Si bien los síntomas pueden ser parecidos, cada una de estas entidades merece un diagnóstico distintivo.

La Enfermedad Celíaca es una patología autoinmune que ocurre en pacientes genéticamente susceptibles y se caracteriza por la presencia de anticuerpos como IgA antitransglutaminasa tisular (Ttg), igA antiendomisio (EMA) y péptidos anti-gliadinas desamidadas IgG (DPG).

Ésta enfermedad se caracteriza por ser una afección crónica autoinmune causada por el daño inflamatorio de la mucosa del intestino delgado al ingerir gluten de los alimentos, generando una mala absorción de nutrientes. 

Por su parte la Alergia al Trigo es una enfermedad inmunomediada por la inmunoglobulina de tipo E (IgE). Éste anticuerpo reconoce como extraño y peligroso a las proteínas del trigo y desencadena una reacción rápida e intensa en nuestro organismo. 

¿Qué significa ser sensible al gluten?

“Los pacientes en los que se han descartado la enfermedad celíaca y la alergia al trigo, pero cuyos

síntomas gastrointestinales y no gastrointestinales se resuelven con una dieta sin gluten, tienen

lo que se denomina sensibilidad al gluten no celíaca” explica la Dra. Claudia Córdoba, especialista en Gastroenterología Hepatología y Videoendoscopia y añade: “Algunos autores la describen como un trastorno de inicio de múltiples factores, quizás temporal y prevenible, asociado con una dieta

desequilibrada”.

Según los resultados de la investigación revisada, está claro que la sensibilidad al gluten no celíaca (SGNC) aún sigue siendo objeto de incertidumbre, especialmente en la contribución de otros componentes del trigo a sus síntomas. De hecho, la etiología no confirmada, y el frecuente autodiagnóstico hacen que la prevalencia de este trastorno no pueda establecerse.

Además del gluten, el trigo también es una rica fuente de compuestos FODMAP que desempeñan un

papel clave en el desarrollo de los síntomas de la SGNC.

Como todavía no hay pruebas concretas de que el gluten sea responsable de los síntomas o del mecanismo preciso involucrado, algunos autores creen que sería más apropiado utilizar términos como “hipersensibilidad al trigo no celíaca” o “síndrome de intolerancia al trigo”.

Diagnóstico y tratamiento. Pese a que la sensibilidad al gluten no celíaca se diferencia de otros trastornos por exclusión, su evidencia médica no se realiza precisamente así. Es de destacar que la similitud de los síntomas con el Síndrome de Intestino Irritable puede conducir a un diagnóstico erróneo.

En el ámbito terapéutico, la dieta sin gluten es el principal y único método eficaz de tratamiento. Aunque, algunos autores también sugieren que una alimentación baja en carbohidratos FODMAP también puede traer beneficios al paciente

Desde el Servicio de Gastroenterología, Hepatología y Videoendoscopia el mensaje es claro: el suspender el glúten sin tener un diagnóstico preciso contribuye a la creación de falsos negativos en exámenes serológicos, complicando la posibilidad de saber en qué contexto se encuentra el paciente. 

“No inicie dieta sin gluten por su cuenta y sin antes consultar con un médico especialista” comenta la Dra. Córdoba y concluye: “En el Sanatorio Allende contamos con Especialistas dedicados al estudio y tratamiento de las enfermedades del Intestino Delgado y las técnicas adecuadas, tanto de laboratorio, endoscopia y

anatomía patológica para el estudio de estos trastornos”

Doctora Claudia Córdoba - Servicio de Gastroenterología, Hepatología y Videolaparoscopía - Sanatorio Allende


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