La toxina botulínica revolucionó el ámbito estético y hoy se utiliza en todas las edades. Sin embargo, no es su único uso. Al respecto, especialistas del Servicio de Cirugía Estética, Plástica y Reparadora, explican las distintas aplicaciones de esta neurotoxina.

La toxina botulínica, es un tipo de sustancia bloqueadora de impulsos nerviosos. Al ser inyectado, bloquea las señales de los nervios a los músculos por lo que estos se relajan logrando, por ejemplo, combatir la sudoración excesiva.

Si bien su relevancia está estrechamente relacionada con el uso cosmético, ésta neurotoxina siempre estuvo vinculada a usos médicos y terapéuticos.

 

La facilidad de aplicación y los escasos efectos secundarios de la Toxina Botulínica han permitido que distintas especialidades médicas la utilicen.

 

La idea de utilizar la toxina botulínica en forma terapéutica tuvo su puntapié inicial gracias al médico alemán Justunius Kerner. El mismo se dio cuenta de que la responsabilidad de la parálisis neuromuscular yacía sobre una sustancia tóxica transmitida a través de alimentos embutidos.

Décadas más tarde, en los años 70, un grupo de oftalmólogos empezó a utilizar la toxina con fines terapéuticos buscando un relajante para ciertos músculos del ojo con el fin de ayudar a sus pacientes con estrabismo.

Y allí todo cambió. La toxina botulínica comenzó a ser utilizada en pacientes con otras enfermedades, como el blefaroespasmo (contracciones en el párpado) e incluso algunas distonías como la cervical. Ya para fines de los años 80, ésta toxina empezó a ser aplicada con fines cosméticos para terminar siendo aprobada por la American Food and Drug Administration.

Toxina botulínica: lo que debe saber de sus usos terapéuticos

La terapia con toxina botulínica empezó a probarse en otras alteraciones neurológicas que tenían en común una contracción involuntaria de un grupo muscular como las fasciculaciones también conocidas como tics y en parálisis faciales.

[caption id="attachment_132782" align="aligncenter" width="1300"]estos son los usos terapeuticos de la toxina botulinica (botox) Existen siete serotipos diferentes de Toxina Botulínica tipo A hasta la G, pero en el ámbito terapéutico solo se utilizan la de tipo A y B.[/caption]

La toxina botulínica genera denervación transitoria manifestada por parálisis de la musculatura. Además de inhibir la liberación de acetilcolina, la neurotoxina botulínica inhibe también la secreción de neurotransmisores como la sustancia P, el glutamato y la noradrenalina.

La toxina botulínica se aceptó como herramienta terapéutica a partir de sus marcados beneficios observados en el manejo de pacientes con distonía, trastorno del movimiento caracterizado por contracciones musculares sostenidas que causan movimientos de torsión repetidos y posturas anómalas. De esta manera, utilizando esta toxina, se busca relajar el músculo haciéndolo más susceptible de ser elongado y permitir restaurar el balance muscular.

A nivel patológico, también se utiliza en el tratamiento del espasmo muscular, fibromialgia, dolor miofascial, síndrome del túnel carpiano (aliviando el dolor) en la espasticidad y distonías.

También se utiliza en trastornos como la hiperhidrosis palmo plantar y axilar por el bloqueo selectivo de la función de las glándulas sudoríparas , disminuyendo la producción de sudor en la zona de colocación. El promedio de duración del efecto es de 5 meses, con una gran aceptación por parte de los pacientes por la rápida reinserción laboral ya que el paciente sigue con su vida cotidiana en forma normal luego de la colocación.

Efectos indeseados. De acuerdo a la cantidad utilizada y las patologías tratadas los efectos adversos son poco frecuentes y pueden ser simples, por ejemplo dolor en la zona de punción, o más complejos, distonía cervical, la dificultad para tragar (disfagia), debilidad muscular cervical.

Cuando se utiliza con fines estéticos pueden aparecer asimetrías faciales por diferente absorción de la toxina por los músculos, caída del párpado (ptosis), exceso de lagrimeo la gran mayoría de los efectos adversos son reversibles en forma progresiva cuando empieza a perder la efectividad la toxina.

Desde el Servicio de Cirugía Estética, Plástica y Reparadora del Sanatorio Allende se busca, mediante la intervención quirúrgica, reconstruir las deformidades y corregir las deficiencias funcionales. Desde el área explican que la acción de la toxina botulínica es temporaria debido al crecimiento de nuevos axones terminales.

En promedio esa acción dura entre 3 a 5 meses según el caso, el tipo muscular paralizado y la dosis utilizada, esta acción temporaria es por el crecimiento de nuevos axones terminales.

Para lograr un tratamiento exitoso, se debe realizar un examen minucioso de los músculos que son los responsables de la acción muscular y la patología a resolver como así también la profundidad de dicho músculo. Los efectos en el músculo se observan a partir de las 72 hs siguientes. El efecto máximo se alcanza entre la primera y la tercera semana posteriores a la administración.

Doctor Omar Pellicioni - Servicio de Cirugía Estética, Plástica y Reparadora - Sanatorio Allende

 


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