Ayuda a refrescar y revitalizar el rostro, disminuye la hinchazón, las bolsas debajo de los ojos, y evita problemas de dificultad visual. Nuestros especialistas explican en qué consiste la blefaroplastia y cómo es el proceso de recuperación.

La cirugía de los párpados, técnicamente conocida como blefaroplastia, es el procedimiento estético ambulatorio empleado por el Servicio de Cirugía Estética - Sanatorio Allende, a través del cual se elimina el exceso de piel, músculo y grasa alrededor de los ojos.

No solo tiene la función de corregir estéticamente el aspecto de la mirada, sino que se realiza para que el exceso de piel y tejido de los párpados no afecte a la visión periférica o lateral del paciente. Es decir, en algunos casos el campo visual se ve interferido por el exceso de piel.

¿Ante qué casos se puede indicar una cirugía de los párpados?

La blefaroplastia puede corregir la caída de los párpados superiores y las bolsas que se generan debajo de ellos, ambas son consecuencias naturales del proceso de envejecimiento de la piel. Los tejidos pierden elasticidad y estructura, los músculos se debilitan y la grasa se acumula en la membrana ocular inferior. Estas características hacen parecer al rostro más cansado, y en algunos casos, dificultar la visión.

Si bien la edad y ciertas circunstancias ambientales  son los principales factores que influyen, también suele vincularse a causas congénitas.

Antes y después de una cirugía de párpados o blefaroplastia. Foto: Depositphotos.

Es importante mencionar que la cirugía de los párpados no elimina las “patas de gallo” u otras arrugas, ni la caída de las cejas. Esto, puede realizarse de manera aislada o junto a otras cirugías estéticas del rostro, como el lifting o estiramiento cervicofacial o el lifting frontal.

¿En qué consiste la blefaroplastia?

Es un procedimiento quirúrgico típico donde se suprime el exceso de grasa y de piel que se acumula en esa zona. Generalmente, se utiliza anestesia local con sedación que entumece el área que rodea los ojos, permitiendo que la persona pueda estar despierta y a su vez, relajada e insensible al dolor.

Existen dos tipos de intervención, dependiendo el tipo de piel y la edad de la persona. La opción entre ambas la elegirá el experto tras el diagnóstico previo.

Puede ser por vía:

  • Externa: con una incisión en la piel que sigue las líneas naturales de los párpados.
  • Transconjuntival: la incisión se hace por dentro del párpado inferior sin dejar ninguna cicatriz visible. Esta se realiza generalmente en pacientes más jóvenes que tienen la piel más gruesa y elástica.

 

Los pacientes con enfermedades como la tiroides, hipertensión o enfermedades cardiovasculares, entre otras, deben consultar previamente con el médico para evitar posibles complicaciones. Lo mismo para las mujeres embarazadas o que están amamantando y personas con problemas en la piel.

Después de la cirugía

El proceso de recuperación y cicatrización es gradual, y generalmente es más rápida de lo que los pacientes esperan.

Es normal que luego de la cirugía los ojos se sienten un poco tensos y molestos, para lo cual se suelen recetar medicamentos que disminuyen el dolor y reducen la incomodidad. Las primeras semanas, el paciente puede experimentar un lagrimeo excesivo, sensibilidad a la luz y cambios temporales en la visión, como por ejemplo ver doble o nublado.

El envejecimiento de la piel es el factor principal que provoca la caída de los párpados o bolsas debajo de ellos. Foto: Depositphotos.

Ahora bien, para que el postoperatorio sea exitoso, es necesario que el paciente siga todas las indicaciones del médico cirujano. Entre ellas:

  • Mantener la cabeza elevada por varios días.
  • Utilizar compresas frías para reducir la inflamación y coagulación de la sangre.
  • Limpiar adecuadamente los ojos, siguiendo las instrucciones del médico.
  • Puede utilizar gotas, en el caso que los ojos se sientan un poco secos al principio.

 

Por otro lado, las cicatrices podrán permanecer ligeramente de color rosa por seis meses o más después de la cirugía. Sin embargo, posteriormente van desapareciendo, adquiriendo la apariencia de una delgada línea blanca casi invisible.

Para este tipo de procedimientos, la consulta con un cirujano es fundamental. El mismo podrá evaluar adecuadamente los cambios estéticos a realizar y detectar cualquier problema o contraindicación de origen oftalmológico. Es importante que los pacientes brinden información sobre si usan lentes comunes o de contacto (en el caso de ser así debe llevarlos a la consulta), si es alérgico, si toma vitaminas, medicamentos, o si mantiene hábitos como fumar.

Doctor Omar PellicioniServicio de Cirugía Estética Plástica y Reparadora – Sanatorio Allende.


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