Recientemente en Córdoba, la amplitud térmica ha sido tema de conversación en más de una ocasión. Y es que entre los últimos días de junio y los primeros de este mes, pasamos de temperaturas mínimas a un “pequeño verano” dónde la máxima fue de casi 28°C. En ésta época de variabilidad meteorológica y con los días fríos por venir, las enfermedades respiratorias se convierten en uno de los problemas de salud.
Las bajas temperaturas del invierno, aumentan la replicación viral y por otro lado las cilias de las células respiratorias disminuyen su movilidad para expulsar las secreciones y de esa forma los virus puedan introducirse con mayor facilidad. En esta época la circulación de virus es mayor, por lo que los espacios poco ventilados con muchas personas favorecen la propagación de los procesos infecciosos.
Es ésta época del año donde se reúnen todas las condiciones ambientales facilitadoras, tanto en la propagación de los virus cómo en un contexto dónde el sistema inmune necesita estar en permanente alerta
La capacidad de transmisión de los virus es consecuencia de una sumatoria de factores. Uno de ellos, quizás el más importante, es que los virus se replican con mayor rapidez. Además, logran sobrevivir más tiempo en temperaturas bajas gracias a una mayor resistencia de la cubierta lipídica.
Incluso la exposición a bajas temperaturas y un marco climatológico favorable a la circulación de distintos tipos de virus, puede desencadenar el agravamiento de determinadas patologías preexistentes. Enfermedades cardiovasculares y reumáticas, afecciones de la piel, alergias y asma son algunas de los cuadros patológicos que pueden verse afectadas y agravadas.
¿Qué recomendaciones tener en cuenta para reforzar nuestras defensas en invierno?
Nuestro sistema inmune está permanentemente en alerta para que todas sus células funcionen de manera óptima y, para esto es muy importante una nutrición adecuada. Estas son algunas recomendaciones desde el Servicio de Alergia e Inmunología.
[caption id="attachment_134379" align="alignnone" width="1300"]
El frío y la humedad propios de esta época pueden afectar al sistema inmunológico, debilitándose y haciéndolo más susceptible al ataque de virus y bacterias..[/caption]
El objetivo de la buena alimentación es no sólo prevenir las infecciones, sino también una respuesta rápida ante el ingreso de un patógeno. Diferentes micronutrientes y componentes de la dieta cumplen roles fundamentales a la hora de desarrollar una buena respuesta inmune.Los más conocidos por su rol en las defensas son la vitamina A, B, C, hierro, zinc y selenio.
La vitamina D es muy importante ya que promueve la integridad de la pared de las células inmunológicas favoreciendo su desarrollo y estimulación. Esto se logra con la exposición al sol al menos 20 minutos, 3 veces por semana en invierno. Si esto no ocurre se debe realizar aporte de vitamina D.
Para lograr esto, se recomienda el consumo de alimentos de origen vegetal como las frutas, verduras, legumbres, cereales y grasas de buena calidad como las que contienen la palta y el aceite de oliva. Entre los alimentos de origen animal, son de alto aporte de nutrientes los pescados grasos como el salmón, las carnes rojas, los lácteos y el huevo.
[caption id="attachment_134382" align="alignnone" width="1300"]
Las acelgas, brócoli, espinacas o coles son las verduras de temporada de invierno. Sopas, purés e incluso jugos son alternativas excelentes para consumir verduras de invierno, fuente de vitaminas C, E y K, ideales para fortalecer el sistema inmunológico.[/caption]
Es de gran importancia también, reducir el consumo de ciertos alimentos, tales como los alimentos ultra procesados, azúcares, harinas blancas y grasas saturadas, que promueven un estado inflamatorio que no colabora con una buena respuesta inmunitaria.
La hidratación es otro factor a tener en cuenta. Se recomienda que las personas adultas deben beber al menos dos litros de agua por día. Esto ayuda a transportar y distribuir los nutrientes, y también a eliminar toxinas. Aquí vale aclarar que se aconseja evitar el consumo de bebidas alcohólicas y gaseosas.
Con respecto a la salud mental, se sabe que sus alteraciones como el estrés, la depresión y la angustia, están íntimamente ligados con el sistema inmune, por lo tanto, es fundamental mantener rutinas que nos ayuden a hacer frente a situaciones estresantes, dormir bien, y acudir a psicoterapia en caso de ser necesario.
Se ha demostrado, además, que el ejercicio físico realizado a diferentes intensidades o un estilo de vida moderadamente activo, cumple un rol fundamental en la respuesta inmune. Se recomienda realizar caminatas diarias de entre 20 y 30 minutos, ir al gimnasio entre 2 y 3 veces por semana, seguir rutinas sencillas de ejercicios, realizar actividades aeróbicas al aire libre o algún deporte. Siempre cuidarse de no excederse y con asesoramiento.
Los especialistas del Servicio de Alergia e Inmunología también recomiendan tener al día los esquemas de vacunación que nos protegen contra las enfermedades respiratorias. Para la temporada invernal se recomienda la vacuna contra la gripe, Neumococo y Covid en los pacientes de riesgo.
Doctora Marta Cavallo - Servicio de Alergia e Inmunología - Sanatorio Allende
Notas Relacionadas
En Sanatorio Allende podés saber a que sos alérgico en menos de 1 hora
marzo 20, 2024
Rinitis, asma y alergia: ¿cómo se relacionan entre sí?
abril 13, 2023
¿Cuándo una picadura trae complicaciones?
febrero 15, 2022